La esperanza: un estudio en las EscriturasMuestra
ALEGRES EN LA ESPERANZA
Por Isabelle Reardon
“Alégrense en la esperanza, muestren paciencia en el sufrimiento, perseveren en la oración”(Romanos 12:12 NVI).
El versículo de hoy se encuentra en medio de una larga lista de acciones que Pablo nos anima a llevar a cabo. Algunas de las cosas a las que nos anima es a que nuestro amor sea genuino, que nos amemos y honremos unos a otros, que bendigamos a los que nos persiguen, y que no nos dejemos vencer por el mal, sino que venzamos el mal con el bien.
Honestamente, cuando leo Romanos 12:12 no me siento animada porque en mi interior no quiero alegrarme en la esperanza, ser paciente en la tribulación ni constante en la oración. En cambio, mi interior es propenso a quejarse, es impaciente especialmente cuando se trata de la tribulación, y no quiere estar en constante oración. Me encantaría decirle a Pablo: "Vamos, ¿quién crees que soy? Esto parece una lista de tareas imposible".
Puede que estés pensando lo mismo. Y es cierto. Es difícil hacer todas estas cosas con nuestras propias fuerzas, que han demostrado ser bastante débiles y no ser fuertes en lo absoluto. Jesús no espera que conquistemos una lista de tareas. En cambio, quiere que recibamos el don de la esperanza, la paciencia y la firmeza en la oración, que solo puede venir de permanecer en Él.
Somos totalmente incapaces de hacer las cosas por nuestra cuenta (Juan 15:5), y Jesús lo sabe. En 1 Corintios 4:7 (NVI), Pablo dice: "¿Qué tienes que no hayas recibido?". Cualquier cosa buena que tengamos, y cualquier bien que hayamos producido, nunca ha venido de nuestra humanidad. Siempre han sido el resultado del Dios vivo que actúa en nosotros.
No tenemos que tratar de evocar algo que se parezca a un regocijo en la esperanza. A nosotros se nos ha dado gratuitamente la esperanza, y gracias a este regalo podemos alegrarnos.
Amigas, Jesús nos ha dado mucho. Nos ha dado una familia, la esperanza de la eternidad, y Se ha dado a Sí mismo. Pero tenemos libre albedrío. Y como tal, podemos elegir hacia dónde mirar y a qué aferrarnos. La pregunta es: ¿Nos miraremos a nosotras mismas para reunir el regocijo de la esperanza, miraremos nuestras circunstancias para satisfacer nuestro anhelo de una esperanza alegre, o dejaremos de lado las cosas a las que nos hemos aferrado y nos aferraremos al tesoro que se nos ha dado: el Salvador del mundo que nos llama Sus amadas y nos da un propósito?
Rindámonos, aferrémonos a Jesús y veamos cómo el don de su alegre esperanza surge en nosotras y cambia la forma en la que vemos el mundo que nos rodea.
Detente y reflexiona: ¿Por qué la alegría y el sufrimiento suelen estar relacionados en las Escrituras?
Practica: Ya se ha dicho que la felicidad es un sentimiento, pero la alegría es una elección. Así que, como una manifestación de la esperanza de Cristo, piensa en las formas en que puedes practicar la alegría hoy.
Ora: La esperanza y la alegría en el Señor se alimentan del tiempo que pasas con Él. Mientras oras hoy, agradece al Señor por todas las cosas que te ha dado y que te hacen caminar en esperanza y vivir con alegría.
Escrituras
Acerca de este Plan
1 Corintios 13:13 lee: "Ahora, pues, permanecen la fe, la esperanza y el amor. Pero el amor es el más importante". La fe, la esperanza y el amor son las tres características que definen a los seguidores de Cristo. A lo largo de las Escrituras, estas tres cualidades se encuentran juntas. Este Plan de 12 días para mujeres explorará la esencia y el poder transformador de la esperanza en Cristo Jesús.
More