[Serie El Nuevo Pacto] Dios y el nuevo pacto Ejemplo

El nuevo pacto 

La sabiduría de nuestro Dios es tan inconmensurable que, antes de la fundación del mundo, ya había pensado y decidido consumar la redención de la humanidad del pecado a través de su único Hijo, Jesús. Desde antes del principio de todas las cosas, en la eternidad que le caracteriza, concibió la idea de revelarse a través de los tiempos a la humanidad y de llevar a cumplimiento su plan en Jesús y a través de Jesús. 

El nuevo pacto, profetizado en el Antiguo Testamento, y que tuvo su cumplimiento pleno en Cristo, es también un pacto incondicional. A través del nuevo pacto en Cristo, Dios perdona el pecado de su pueblo y les bendice abundantemente con toda bendición espiritual en Cristo (Efesios 1:3). 

La iglesia ha sido instruida para ir por todo el mundo y predicar el evangelio del reino a causa de que hay una casi universal ignorancia de la verdad presente establecida en el nuevo pacto. El nuevo pacto se cumple en Cristo y su obra completa y perfecta, por el derramamiento de la sangre de Jesús (Lucas 22:20). Todos los viejos pactos señalaban hacia este pacto, y se cumplen en este pacto. 

El primer pacto, que llamamos “el pacto de las obras”, hecho entre Dios y Adán, como representante de todos los hombres, fue incumplido por parte del hombre. Adán falló y condenó la creación y a todos los hombres a la futilidad y a la muerte. 

El apóstol Pablo en el libro de Romanos nos dice: “El pago que da el pecado es la muerte, pero el don de Dios es vida eterna en unión con Cristo Jesús, nuestro Señor” (Romanos 6:22 DHH). Nuestras obras de pecado reciben un “pago” equivalente a la muerte. En respuesta, Dios en su gracia, entró en un nuevo pacto con Cristo, que se convirtió en el segundo y último Adán. Y nos regala vida eterna en Cristo Jesús. 

Dios, por medio de Cristo, estableció este pacto de gracia, el cual es un pacto único e irrevocable que abarca una serie de pactos individuales que se añaden progresivamente y edifican sobre la base de los pactos previos. El punto culminante de estos pactos es el nuevo pacto. Cristo, a través de su resurrección, trae una nueva creación; todos los que están en Él pertenecen a esta creación y reciben las bendiciones de la filiación y del Espíritu en unión con Él. Así como Dios hablaba con Adán y Eva en el huerto y les guiaba para ejercer dominio sobre la creación, hoy habla con nosotros y guía nuestro camino para que compartamos el mensaje de verdad y la buena noticia de salvación. ¡Qué enorme privilegio y qué inmensa bendición hemos recibido de nuestro Padre Celestial!