[Serie El Nuevo Pacto] Dios y el nuevo pacto Muestra
El pacto Edénico y Adámico
En el comienzo de todas las cosas, cuando Dios estableció a Adán y a Eva en el Edén, ambos gozaban de completa inocencia. Dios les dio la responsabilidad de ser padres de la humanidad, sojuzgar la tierra, tener dominio sobre los animales, cuidar del huerto y no comer del árbol del conocimiento del bien y del mal.
En este pacto, Dios se paseaba con Adán en el huerto para guiarle en cuanto a cómo ejercer dominio sobre la creación; Adán lo escuchaba y ambos gozaban de perfecta relación. Pero cuando Adán y Eva quebraron el mandamiento, trataron de esconderse y tuvieron miedo de oír la voz de Dios.
Por haber fracasado, al comer de la fruta prohibida, murieron espiritualmente de inmediato y necesitaron apropiarse del sacrificio de una víctima inocente (tipificando el futuro sacrificio de Cristo), que Dios proveyó para cubrir la desnudez y la vergüenza. Más tarde, también murieron físicamente, y su pecado hundió a toda la humanidad en una simiente de pecado y muerte. Cristo también fue avergonzado y desnudado en la cruz por nosotros, donde cargó sobre sí mismo nuestra pena y vergüenza causada por el pecado.
En este pacto, podemos ver a Cristo tipificado por medio del árbol de la vida, que fue puesto por Dios en el centro del huerto, para regular, con su presencia y dirección, todo el orden establecido. Se ve la realidad plena de este árbol en Apocalipsis, donde Juan, a través de su visión de la nueva ciudad que desciende del cielo, ve el árbol de la vida que produce doce frutos al año y cuyas hojas sanan a las naciones.
Como resultado del fracaso de Adán y Eva en el cumplimiento de su parte del pacto, Dios declara al hombre cómo será su vida como consecuencia de su pecado. La serpiente, como instrumento de iniquidad, es maldecida; y, fuera del huerto, el hombre debe seguir labrando la tierra, pero con la diferencia de que su trabajo producirá sudor y cansancio. Mientras que, en el Edén el hombre trabajaba con placer, descanso y bajo la tutela y guía de Dios.
En este pacto, Cristo es tipificado como la simiente de la mujer, que indudablemente no se refería a ninguno de sus hijos naturales, sino a Jesús, Quien nacería de mujer y bajo la ley (Gálatas 4:4-5; 1 Juan 3:9). La promesa dada al hombre es la promesa de la redención futura, de la restauración completa de nuestra relación con Dios a través del sacrificio perfecto de Cristo.
Hoy, nosotros podemos gozar de una relación con Dios, de relaciones sanas con nuestro prójimo y de la guía constante del Espíritu Santo en nuestros corazones, en nuestro diario caminar. ¡Hoy podemos gozar de comunión con Dios en la tierra gracias al sacrificio de Cristo! ¡Qué hermoso es saber que cuando Dios nos llama, como llamó a Adán en el huerto, no tenemos que avergonzarnos ni tener temor, porque podemos acercarnos al trono de la gracia con completa paz!
Acerca de este Plan
Las riquezas de la verdad presente. reveladas en el nuevo pacto. son un derecho legal de la justicia de Dios adquirido para los creyentes por medio de la obra perfecta y completa de Cristo mediante su muerte y resurrección. Únete a nosotros para descubrir el plan eterno que nuestro Dios de pactos estableció con la humanidad a través de la historia en su infalible, eterna y perfecta voluntad.
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Nos gustaría agradecer a American Bible Society / El Centro Network por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.americanbible.org