[Serie 1 de Juan] Una visión del tribunal celestialMuestra
Tenemos abogado
Dios, nuestro Padre celestial, es bueno más allá de nuestra imaginación más atrevida. Él nos ha cubierto en todos los aspectos de nuestras vidas: espiritual, física e intelectualmente. No podemos evitar maravillarnos de su amor. En 1 Juan 2, el apóstol Juan nos dice que no pequemos. Pero él no se detuvo allí. Continuó diciendo que, si pecamos, hay un defensor para nosotros. Su nombre es Jesús.
Incluso cuando hacemos todo lo que deberíamos hacer, nos esforzamos y eventualmente, nos deslizamos y caemos. En ese momento es importante entender que podemos recuperarnos porque Jesús ha pagado nuestra deuda. Vivimos en un drama en la corte. Estamos en juicio y Dios el Hijo, Jesucristo, va a dar un paso adelante como nuestro abogado defensor. Él será nuestra justicia y nuestro pago en la eterna prueba celestial.
Nuestra seguridad no está dada por la denominación a la que pertenecemos, ni está basada en nuestros esfuerzos para aumentar la asistencia a nuestra iglesia, hacer buenas obras o simplemente ser personas más amables. ¡No! Si en algún momento pecamos, tenemos a Jesús que nos defiende. Cuando luchamos con el pecado, solo tenemos que volver a él. Esto aumenta nuestra fe, que a su vez aumenta nuestra obediencia. Y a medida que obedecemos más, pecamos menos y seguimos caminando. Eso es lo que significa caminar con Dios. Al igual que tus inversiones no se disparan de la noche a la mañana, lo mismo ocurre con nuestro caminar cristiano. El crecimiento es el efecto acumulativo de viajar en este camino con Dios todos los días.
Pero Jesús, como nuestro abogado defensor, no nos declara inocentes. Qué farsa sería si Jesús se presentara ante Dios y dijera: «No, no, no. Él es inocente. Lo estás tomando todo mal, Dios. Eso no es lo que quiso decir». En este drama en la corte, estás de acuerdo con Dios en que eres culpable, porque eres el único a quien culpar. De eso se trata la confesión. Pero el defensor interviene en tu nombre y paga el precio por ti, carga con la culpa. Él es el sacrificio expiatorio.
Te conviertes en una persona que es perdonada por Dios a través de Jesucristo quien pagó por tus pecados. Así es como te conviertes en un cristiano. Así es como conoces a Jesús como tu Salvador: Al declararte culpable ante Dios y dejar que Jesús intervenga en tu nombre para pagar el precio.
Acerca de este Plan
En esta serie devocional, el pastor Gregg Matte nos lleva en un estudio pasaje por pasaje a través de la primera carta de Juan. Es práctica, bíblica, analítica y espiritual, le dará un gran impulso a su comprensión de cómo vivir las verdades eternas contenidas en este importante libro. Toma esta fiesta espiritual de siete días, un día a la vez, para nutrir tu alma y tu ser.
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Nos gustaría agradecer a Gregg Matte por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.houstonsfirst.org