[Serie 1 de Juan] Una visión del tribunal celestialMuestra

La buena enseñanza nos impide vivir mal

¿Alguna vez te has preguntado por qué alguien te dice algo? Algunas personas simplemente comienzan a hablar y, en lugar de ir directamente al grano, se dan muchas vueltas. Nunca hay algo más reconfortante de escuchar en esos momentos, que las palabras «Te lo digo porque...».

Juan nos da una razón sorprendente, por lo que ya nos ha dicho hasta este punto. Él dice: «Hijitos, les digo estas cosas...» Pero ¿qué son «estas cosas»? Las cosas a las que se refiere son: que Jesucristo es la expiación de nuestros pecados y que debemos confesar nuestros pecados unos a otros y a Dios. Luego, continúa diciendo: «Te digo estas cosas para que no peques».

La mayoría de nosotros vamos a pecar. No vamos a levantarnos hoy para nunca volver a pecar. Eso no sucede así en la vida real. Podemos pecar menos, pero nunca estaremos sin pecado. Entonces, ¿qué está tratando de decir Juan?

La buena enseñanza está destinada a evitar que vivamos mal.

Necesitamos una buena enseñanza en nuestra vida. Muchos de nosotros, estamos tomando básicamente lo que nos dan los medios de comunicación; nuestras mentes son moldeadas, moldeadas e influenciadas por las cosas que suceden en las noticias o en las películas. Profundizar en una buena enseñanza, realmente es un desafío, especialmente para los adultos. Los estudiantes son desafiados de esta manera todo el tiempo. Lo consiguen con facilidad, que lo hacen sin reparo. Los adultos, en cambio, tienen que buscarlo. ¿Por qué? Es porque no solemos estar en un entorno de continuo aprendizaje.

¿De dónde sacas una buena enseñanza? De dónde viene: de su plan de lectura, de su lectura bíblica, de los viajes misioneros, de la música que escuchas. Tal vez escuchas los audios de los pastores. En la iglesia, recibimos comentarios piadosos del sermón semanal, conferencia, mensaje o presentación. En algunas iglesias, los adultos se inscriben en la escuela dominical o en la clase de Biblia. Hay muchas opciones disponibles para quienes quieren aprender. Pero no puedes esperar tener una buena vida sin una buena enseñanza. No es la manera en que funcionan las cosas en la vida. Necesitamos una buena entrada, para dar una buena salida.

Pasa tiempo en la Palabra de Dios. Toma nota. Saca alguna enseñanza de las Escrituras para tu vida. Porque el pecado destruye la dirección, mata la alegría y destruye las relaciones. Pero la buena enseñanza tiene la intención de orientarnos, llenarnos de alegría y ayudarnos en nuestras relaciones. ¿Ves la diferencia?