Aceptación: Encuentra Tu LugarMuestra

¿Quién puede ayudarte en los tiempos malos?

Aún en el sufrimiento Jesús no trató de hacer las cosas a su manera. Él miró al Señor, ¡tal como nosotros podemos hacerlo! Piensa en algunas situaciones que son difíciles para ti o que te hacen sentir muy mal. 

Cuando tus compañeros de la escuela te quieren obligar a faltar a clases, ora, habla con el Padre celestial y haz lo correcto.

Cuando tus amigos te dicen que hagan una broma a otro niño para hacerlo sentir mal, ora, habla con el Padre celestial y di: ¡No! Jesús quiere que nos amemos unos a otros. 

Cuando ciertos niños se burlen de ti, no les respondas mal, ora al Padre celestial para que te fortalezca para amar a esos niños a pesar de sus acciones. Diles: Los perdono. 

Cuando tengas la tentación de hacer algo contra otra persona, para, ora al Padre celestial. Decide hacer lo bueno, eso le agrada a Dios y vas a manifestar el carácter de Cristo.

Cuando tus padres te pidan que ayudes en la casa lavando los platos o sacando la basura, antes de responder mal, recuerda, ora al Padre celestial y ponte de acuerdo con él. Decide hacer lo que él quiere que hagas, honra a tus padres con obediencia.

Cuando tu madre te pida que arregles tu habitación, hazlo con gozo. Habla con el Padre celestial y decide ser obediente.

Cuando tus maestros te manden tareas, cumple con excelencia, porque es lo que el Padre celestial espera de su hijo, como lo hizo con Jesús.

Cuando vengan días difíciles a tu hogar y no haya dinero para comprarte lo que deseas, ora al Padre celestial y aprende a esperar en paz.

Ahora, tal como lo hizo Jesús, pide a Dios que te ayude en estas situaciones. Pide que su plan perfecto se lleve a cabo. ¡Puedes hablar con él ahora mismo!

Reflexiona

No estás solo. Puedes hablar con Dios en cada situación de tu vida. Él está dispuesto a escucharte y a aconsejarte de la mejor manera. Decide hablar con él. 

Oración

Querido Dios, gracias por estar conmigo y por darme fuerzas cuando suceden cosas malas. Ayúdame a confiar en ti para manejar las cosas que me hieren. Amén.