Aceptación: Encuentra Tu LugarMuestra
Jesús es arrestado
Judas y un grupo de soldados romanos y guardias del templo, llegaron al huerto de olivos con antorchas encendidas, linternas y armas.
Jesús ya sabía todo lo que le iba a suceder, así que salió al encuentro de ellos. —¿A quién buscan? —les preguntó. —A Jesús de Nazaret —contestaron. —YO SOY —dijo Jesús ¡todos retrocedieron y cayeron al suelo! Judas, había acordado previamente con ellos una señal: «Sabrán a cuál arrestar cuando yo lo salude con un beso».
Entonces los otros agarraron a Jesús y lo arrestaron. En ese momento Simón Pedro sacó una espada y le cortó la oreja derecha a un esclavo del sumo sacerdote. Pero Jesús dijo: «Basta». Y tocó la oreja del hombre y lo sanó.
«Guarda tu espada —le dijo Jesús—, los que usan la espada morirán a espada. ¿No te das cuenta de que yo podría pedirle a mi Padre que enviara miles de ángeles para que nos protejan, y él los enviaría de inmediato? Pero todo esto sucede para que se cumplan las palabras de los profetas registradas en las Escrituras».
Luego Jesús le dijo a la multitud: «¿Acaso soy un peligroso revolucionario, para que vengan con espadas y palos para arrestarme? ¿Por qué no me arrestaron en el templo? Estuve enseñando allí todos los días. Pero todo esto sucede para que se cumplan las palabras de los profetas registradas en las Escrituras». En ese momento, todos los discípulos lo abandonaron y huyeron.
Jesús pudo haber renunciado. Podría haber llamado a un ejército de ángeles para rescatarle, pero no lo hizo. Sabía que Dios tenía un plan para Él. Él decidió obedecer a Dios y ser arrestado. Jesús estaba preparado, había orado, estaba fortalecido por el Padre, tenía la decisión de obedecer lo que le había sido delegado.
Aunque fuera difícil, estaba seguro de que era lo correcto. Además, lo hacía por amor a ti y a mí. Sabía que ir a la cruz, era necesario porque era el sacrificio necesario para pagar el precio por nuestro pecado. Jesús en su obediencia al Padre, mostró su amor por nosotros también.
Reflexiona
Jesús sabía que era el Hijo de Dios que se había hecho hombre y que había venido con una misión. Su identidad estaba clara, era el Hijo de Dios. Su sacrificio en la cruz te hizo a ti hijo de Dios también. Ahora es necesario que comiences a pensar y actuar como hijo de Dios.
Escrituras
Acerca de este Plan
En esta serie de tres devocionales, aprenderemos cómo el Libro de Vida nos enseña que Dios nos hizo especiales, nos enseña el carácter de Jesús que debemos tener en nosotros y a ser buenos amigos. Todos nos sentimos presionados a ser como los demás. Cuando todos están haciendo algo que sé que está mal, es difícil ser el único que hace lo correcto. Con Jesús, puedes hacer lo correcto. ¡Bienvenido!
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Agradecemos a El Centro Network por proveer este plan. Para conocer más de esta organización, visite este enlace https://elcentronetwork.com