[Serie Sublime amor] Siempre discutimosMuestra

Las expectativas de las mujeres

Así como los hombres tienen expectativas, las mujeres también las tienen. Los peores días para las parejas, pueden llegar a ser aquellos que son para el descanso, pues las mujeres hacen todo un plan. «Nos vamos a levantar temprano y vamos a ver salir el sol detrás de la montaña, vamos a caminar y a desayunar juntos, luego me va a besar en la plaza del centro de la ciudad, me va a comprar una blusa nueva y vamos a caminar más, para luego comer juntos, le sirvo el café, pasaremos tiempo con los niños, y al final en la noche, todo va a terminar excelentemente bien, todos abrazándonos y viendo una película». En otras palabras, la mujer armó todo su plan perfecto. Por otro lado, el hombre se desveló y a las once de la mañana se levanta. Él no ha hecho nada, recién se levanta y la mujer ya está enojada.

En su desconcierto el esposo pregunta, ¿qué hice? A lo que ella responde: ¡Nada! Un hombre sabe que cuando le responden «nada», está en serios problemas y está nadando en aguas peligrosas. Pero ¿por qué ella está enojada contigo? No le hiciste nada, sin embargo, ella está enojada pues tenía una expectativa y como la misma no se llevó a cabo, nace frustración en ella. Siempre que nace una frustración viene una reacción, muchos no somos como Salomón, así de pacientes como para decir me voy a tomar un café antes de reaccionar, voy a contar hasta diez, no, ¡reaccionamos! Y decimos brutalidad y media. «Estoy cansado, yo si trabajo, es que no ves», y ella responde, «eres un haragán, mira la hora que es, solo durmiendo te pasas». En otras palabras, insultaste a tu esposo y vas a pelear, porque tus expectativas no se cumplieron.

Hay que aprender a «pelear» bien, puedes responder, pero no reaccionar. El orgullo distorsiona la realidad, cuando no se cumple una expectativa, el orgullo se levanta y reaccionas. ¿Por qué orgullo? Porque reaccionas y empiezas a hacer toda una lista de las cosas que tu pareja debería hacer por ti, «debería ser más considerado, portarse mejor, etc.». Solo puedes ver todo lo bueno que tú has hecho, «es que yo soy tan bueno, tan romántico, etc.». Cuando empiezas a hacer una lista de las cosas malas de tu cónyuge, ¡eres compadre de Satanás el acusador! Él sí lleva un registro de nuestras faltas.