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Jesús es la resurrección y la vida

Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?

El amigo más cercano de Jesús, Lázaro, había muerto muy joven. Las hermanas de Lázaro, María y Marta, estaban desconsoladas por su duelo. Si hubiéramos sido nosotros, seguramente hubiéramos dicho, «Lo siento mucho o mi sentido pésame» y hubiéramos orado por ellas, pero no Jesús. Él hizo una declaración impresionante: «Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?»

Yo soy la resurrección y la vida. No dijo, «Yo tengo resurrección y vida». No dijo, «Yo puedo encontrar la resurrección y la vida». Tampoco dijo, «Puedo dar resurrección y vida». Pero sí dijo, «Yo soy la resurrección y la vida». En otras palabras: «Yo personifico la resurrección y la vida. La resurrección y la vida se encuentran en mí. Si tú deseas la resurrección, si tú deseas vida, vida física, vida espiritual, cualquier clase de vida, aquí está. Yo soy la resurrección y la vida».

A propósito, ¿quién habla de esta manera? ¿Quién en la historia ha hablado así? ¿Hablaron de esta manera los grandes maestros religiosos? No. Alguien que habla así, es o un lunático o el Señor de gloria.

Si Jesús encarnó la resurrección y la vida, la pregunta obvia es: ¿Cómo puedo tener esa resurrección y esa vida? Él nos lo dijo y es muy simple. Tan simple y sofisticado, que las personas del tipo «Yo puedo hacerlo por mi mismo», se lo pierden. ¿Cómo lo consigues? «Cree en mí». Eso es todo. Cree en Jesús. Confía en Jesús. Coloca toda tu esperanza en Jesús.

Si tú haces eso, Jesús dice, aunque estés muerto (físicamente), vivirás (espiritualmente). Más aún, cada uno quien vive (físicamente) y cree en Jesús, nunca morirá (espiritualmente).

Jesús conquistó la muerte. Jesús aplastó la muerte porque Jesús es la resurrección y la vida. En algún punto Jesús le dice a Marta, «¿Crees esto?» Esa es exactamente la pregunta que él te hace a ti ahora: «¿Crees esto?»

No hay ninguna otra pregunta importante.