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[Serie Máximo Gozo] El fruto de la comunión

DÍA 8 DE 8

Buscando y escuchando al Espíritu Santo

El foco de nuestra atención a lo largo del final del capítulo tres y del comienzo del capítulo 4 de la primera epístola de Juan, estará en la promesa dada por Jesús durante la Última Cena: el Ayudador que nos guiará a toda verdad, el Espíritu Santo. Dijimos que Juan está mirando hacia atrás, a este discurso y desarrollando el tema en tres secciones: vivir con, buscar y escuchar al Espíritu Santo.

Hemos visto el primer punto, vivir con el Espíritu Santo, en el que Juan nos dice que permanecer en el Señor, conocerlo íntimamente, equivale a guardar Sus mandamientos. Y que la señal de esto es el Espíritu Santo que vive en nosotros.

Ahora, nuestra pregunta podría ser: “¿Cómo se manifestará el Espíritu Santo para que sepamos que estamos escuchando al Espíritu de Verdad y no un espíritu de error? La respuesta se encuentra en los versículos 1-3:

"Queridos hermanos, no crean a cualquiera que pretenda estar inspirado por el Espíritu, sino sométanlo a prueba para ver si es de Dios, porque han salido por el mundo muchos falsos profetas. En esto pueden discernir quién tiene el Espíritu de Dios: todo profeta que reconoce que Jesucristo ha venido en cuerpo humano es de Dios; todo profeta que no reconoce a Jesús no es de Dios, sino del anticristo. Ustedes han oído que este viene; en efecto, ya está en el mundo” (4:1-3 NVI).

Jesús dijo que el Espíritu Santo sería el Espíritu de verdad que testificaría a favor de Su persona y obra (Juan 15:26). Este Espíritu glorifica a Jesús (Juan 16: 13-15). Por ende, el Espíritu Santo confiesa que Jesús vino en carne. 

Generalmente se piensa que los oponentes de Juan estaban enseñando que el espíritu de Cristo vino sobre Jesús hombre en Su bautismo y lo dejó en la cruz, pero que nunca se mezcló realmente con la carne humana. Es por eso que a Juan también le importa que la gente confiese o acepte que Jesucristo vino en la carne. Su cuerpo no era solo una apariencia. Era carne y sangre real, y no lo hizo pecador. Tales errores acerca de la persona y la obra de Cristo no provienen del Espíritu Santo, sino de falsos profetas y maestros.

Para analizar el tercer y último punto, hagámonos una pregunta: “Si el Espíritu Santo vive en nosotros y ahora sabemos qué buscar para reconocer la voz del Espíritu Santo, ¿cómo reconocemos a alguien que está escuchando al Espíritu Santo?" La respuesta se puede encontrar en los versículos 4–6:

"Ustedes, queridos hijos, son de Dios y han vencido a esos falsos profetas, porque el que está en ustedes es más poderoso que el que está en el mundo. Ellos son del mundo; por eso hablan desde el punto de vista del mundo, y el mundo los escucha. Nosotros somos de Dios, y todo el que conoce a Dios nos escucha; pero el que no es de Dios no nos escucha. Así distinguimos entre el Espíritu de la verdad y el espíritu del engaño” (4:4-6 NVI).

La respuesta a esa pregunta es clara: los que no son de Dios escucharán a los falsos profetas que difundan la falsa doctrina sobre la persona y la obra de Jesús. Los que son de Dios escucharán la voz del Espíritu Santo al hablar la verdad sobre la persona y la obra de Jesús. Así es como podemos reconocer al Espíritu Santo dentro de nosotros.

Permanecer, está relacionado con caminar con el Espíritu Santo que nos guía a toda verdad. Cuando somos guiados por el Espíritu Santo, no satisfacemos los deseos de la carne, sino que disfrutamos los frutos del Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia, bondad, fe, mansedumbre y autocontrol. Cuando moramos en el Señor y manifestamos Su gloria, nos iluminamos. En un mundo que está pidiendo desesperadamente amor, paz y bondad, ¡sé una luz! ¡Brilla en medio de la oscuridad!

Para recibir su muestra gratuita del libro Gozo al Máximo: 1 Juan - ¿relación o comunión? y para obtener más recursos gratuitos sobre el crecimiento espiritual, visita gsot.edu/center.

Día 7

Acerca de este Plan

[Serie Máximo Gozo] El fruto de la comunión

No es lo mismo tener una relación con el Señor, que experimentar intimidad con Él. Únete al apóstol Juan en la búsqueda de comunión con Dios a través del capítulo tres de su epístola: 1 Juan. Exploraremos el desarrollo de las barreras que nos impiden experimentar gozo al máximo y cómo reconocer la obra de Dios y la obra del Diablo al discernir las raíces y su fruto.

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Nos gustaría agradecer a Grace School of Theology por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.gsot.edu/center/