[Serie Máximo Gozo] El fruto de la comunión Muestra

¡Simplemente hazlo!

La palabra "Nike" es la palabra griega para "victoria". Y aunque "Nike" es una compañía secular que trata de vender zapatos y otras prendas deportivas, su lema no está muy lejos de lo que Juan está diciendo en este pasaje con respecto al amor sacrificial "Simplemente hazlo."

En los versículos anteriores respecto al amor sacrificial (3:10-18) se nos dijo que no amáramos con palabras, sino con hechos y en verdad. Aquí Juan explica lo que quiere decir con "en verdad". Para poder expresar su punto de vista, Juan nos hablará del problema de una conciencia corrupta (3:19-20) y la bendición de una conciencia limpia (3:21-23). 

El problema de una conciencia corrupta: “En esto sabremos que somos de la verdad, y nos sentiremos seguros delante de él; que aunque nuestro corazón nos condene, Dios es más grande que nuestro corazón y lo sabe todo” (3: 19-20 NVI).

Es precisamente cuando nos proponemos hacer algo para ayudar a otro que nuestro corazón puede condenarnos y acusarnos de motivos falsos, nuestra propia indignidad o cualquier número de dudas. ¿De dónde vienen estas dudas? De nuestro corazón (conciencia).

En el Nuevo Testamento, la palabra que verás para referirte a la conciencia es la palabra "corazón" (ver Hechos 2:37 y Hebreos 4:7). ¿De dónde viene nuestra conciencia? Se convirtió en parte del espíritu de Adán y Eva cuando su relación y comunión con Dios fue restaurada después de que ellos pecaron. Recuerda que antes del pecado eran inocentes. Pero que después de que ellos pecaron, tenían algún tipo de conocimiento del bien y del mal. Aunque el don de la conciencia es de Dios, nuestras conciencias no poseen un conocimiento completo del bien y del mal. 

Dios sabe esto, así que por esta razón debemos apelar a un mayor conocimiento de Dios. ¿Cómo? Podemos asegurar nuestros corazones al darnos cuenta de que nuestras propias conciencias no tienen una comprensión perfecta de los pensamientos y las intenciones del corazón. Pero Dios lo hace. Así que no permitas que las dudas de tu propia conciencia te impidan realizar actos de amor sacrificial. Levántate y brilla, muestra la gloria de Dios a tu alrededor. ¡Simplemente hazlo!