Soy felizMuestra

Cristo Jesús, me haces feliz 

Como seres humanos, es normal que  enfrentemos ciertos asuntos y circunstancias que provocan que nuestro estado de ánimo baje, pero es ahí donde debemos actuar como seres espirituales y gobernar las circunstancias, y no ser gobernados por ellas. Sabiendo que es de Cristo de donde proviene nuestra paz ante cualquier problema al que nos enfrentemos, además su palabra dice que la fidelidad de Dios es tan grande que no seremos tentados más de lo que podamos soportar. 

Somos la casa de Dios, en donde está expresado el fruto del Espíritu Santo, perdemos el tiempo pidiendo a Dios que nos de gozo, amor, felicidad, paciencia; ya que al tener a Cristo lo tenemos todo. En su lugar, se debe orar para que Dios forme y aumente en nosotros aquello que aún nos cuesta. Nuestra felicidad está en Cristo, ya que es la vida y su gozo está depositado en nosotros. Así que, si estás pasando por una circunstancia que afecte tu estado emocional, no olvides que eres un ser espiritual, y que portas la mayor felicidad que es Cristo Jesús. ¡Alégrate en todo tiempo! Cada situación por la que pasas forma el carácter de Cristo en ti, ora y agradece al Padre por todo, no esperes a estar mal para pedir algo al Padre, agradece al Señor por todo lo que ya te dio desde la eternidad. ¡Qué mayor felicidad puede haber, que estar en el Reino de Dios y ser llamados sus hijos! Ya tenemos el gozo de ser participantes de la vida eterna junto a Cristo.

No ores al Padre Celestial por necesidad, ora por gratitud, no esperes riquezas materiales, que tan solo son temporales, en su lugar, disfruta de las riquezas espirituales, que son eternas. Lo material se manifiesta a tu favor, prospera con propósito, que tu objetivo de vida no sean las riquezas, sino que cuando vengan, sean para usarlas para la extensión del reino. 

Que tu felicidad no esté enfocada en este mundo terrenal, vive con la seguridad de que tu felicidad es eterna y se llama Cristo. El Amado ya nos entregó todo en su Hijo, no te falta nada, no busques la felicidad en cosas vanas, disfruta del gozo eterno de ser parte del cuerpo de Cristo. Gózate de ser parte del precioso cuerpo de Cristo aquí en la tierra. Intencionalmente interésate en los demás, edifica sus vidas, gózate hablando de las cosas eternas, no para ver quién sabe más, sino para disfrutar de las verdades que se hacen vida en los hijos de Dios. 

No hay gozo más grande que estar en Cristo, hablar de Él, meditar en la Palabra, compartir con otros estas verdades. ¡Disfruta la felicidad en Cristo cada día de tu vida!