Soy felizMuestra
Marcado desde la eternidad
Desde antes de la fundación del mundo fuimos adoptados y marcados por la sangre de Jesucristo quien consumó en la cruz, un acto de amor que cambió nuestra naturaleza pecaminosa por la naturaleza divina del Padre. Esto estaba predestinado desde la eternidad, el Padre por su gracia ya nos había marcado para cumplir con la vida de su reino establecido en la tierra. El Espíritu Santo se puso como sello: Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.
El ser despojados del viejo hombre y vestidos del nuevo hombre, hace referencia a Cristo, al marcarnos eternamente, puso a su Hijo amado en nosotros, por eso su Palabra dice que es necesario que nos vistamos del nuevo hombre, para así manifestar su santidad, justicia, amor, misericordia, verdad y todos los atributos del Padre Celestial. Fuimos apartados para portar al Cristo de la Gloria desde antes que viniéramos a existencia a este mundo terrenal. Somos seres espirituales viviendo en un mundo efímero y terrenal, andando conforme al diseño de Cristo, siendo residentes de su reino y expandiéndolo por toda la creación.
Dentro de este regalo tan maravilloso es muy importante tener en cuenta que nuestra identidad está en Cristo, que no es un asunto de nacionalidad terrenal, sino que es en la cultura del Reino de los Cielos. Pero, ¿qué significa que nuestra identidad está en Cristo? Esto expresa que tenemos la plenitud que es Cristo, que somos su templo vivo, su morada; que nos habita y por consiguiente tenemos su genética, su ADN, somos engendrados de Dios. Su naturaleza fue depositada en nosotros, nos cambió la vana manera de pensar. Nos sacó de la muerte y nos dio su vida eterna. Al tener nuestra identidad en Cristo, somos participantes de su herencia. Su Palabra dice que somos herederos y coherederos con Cristo, disfrutamos de las riquezas divinas con Cristo y en Cristo.
Por su favor y gracia inmerecida en nuestras vidas, disfrutamos de su maravillosa herencia, ya no vivimos del cumplimiento de las promesas del Padre, sino que gracias a que Cristo se puso como sacrificio irreprensible, perfecto, único y definitivo, el Cordero inmolado, somos beneficiarios de la herencia divina gracias a su amor y perfecta voluntad. Nos predestinó para ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, según el buen propósito de su voluntad.
Acerca de este Plan
«Soy feliz», una declaración que debe estar en la boca de todo hijo de Dios. Este plan devocional está encaminado a mostrarte, las razones por las que debemos ser felices a pesar de las circunstancias y condiciones. Miel San Marcos, en su producción musical, habla de esta felicidad, y se ha plasmado en este plan, para tu edificación.
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Nos gustaría agradecer a Honey San Marcos de acuerdo con El Centro Network por proporcionar este plan. Para obtener más información sobre estas organizaciones, por favor: https://www.youtube.com/user/Mielsanmarcos and http://www.elcentronetwork.org