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¿Por qué siempre piensas lo malo?Muestra

¿Por qué siempre piensas lo malo?

DÍA 1 DE 7

Las diferencias no deben dañar el matrimonio


Para los que creen que mi esposa y yo tenemos el matrimonio perfecto, siento desilusionarlos. Nos amamos, la pasamos bien juntos, ella es la perfecta voluntad de Dios para mí y viceversa, hemos construido mucho, pero, como todas las parejas, tenemos problemas. A veces, en medio de nuestras diferencias, discutimos o peleamos, aunque decidimos que esas discordias no dañarían nuestra relación; ¡trabajamos para tener un buen matrimonio! Hemos orado, atado al diablo, perdonado, discutido, ignorado cosas, nos hemos quedado callados, hemos hecho de todo y… ¡seguiremos haciéndolo!


«¿Por qué siempre piensas lo malo de mí?» fue la pregunta que planteamos en la última discusión. Ayunamos veintiún días el pensar mal del otro y no permitimos ni un pensamiento malo contra los demás tampoco. Analizamos qué estábamos pensando para buscar la raíz de esas ideas y le pedimos al Señor que nos sanara. Nos obligamos a pensar lo bueno para que se convirtiera en nuestro estilo de vida, ¡¿qué tal si haces lo mismo?!


Los malos pensamientos vienen porque creemos que debemos opinar sobre todo y, en especial, sobre los demás: «pienso...», «me parece...», «creo...». Aunque tenemos el ‘derecho’ de tener nuestras impresiones de lo que pasa, eso no significa que sean verdad; cuando lleguemos al cielo nos daremos tremendas sorpresas porque no todo será como creíamos. Una mente negativa vive bajo la ley y no bajo la gracia; ese era el problema de los fariseos y por eso le preguntaron a Jesús por qué sus discípulos quebrantaban la tradición al no lavarse las manos antes de comer ni ayunar, o le preguntaban a ellos por qué el Maestro se la pasaba con pecadores o sanaba el día de reposo. ¿Quién estaba tras esos cuestionamientos?: el diablo. Cuando pone esos pensamientos en nuestra mente, nos amarga, carga, y hace que perdamos el tiempo en lo que no debería importarnos. Jesús le dijo a Pedro algo como «a ti qué; ese no es tu asunto». Pero además, pensar mal de los demás ocupa tanto nuestra mente que no oímos a Dios. Lo que los demás hacen no debe interesarnos: que digan lo que dicen, se vistan como se visten, manejen como manejan, hablen como hablan...; ¡eso no debe afectarnos!; ¡¿por qué amargamos por eso?!

Día 2

Acerca de este Plan

¿Por qué siempre piensas lo malo?

Los malos pensamientos vienen porque asumimos que debemos opinar sobre todo y, en especial, sobre los demás: «pienso...», «me parece...», «creo...». En este devocional veremos que la diferencia entre pensar mal y no hace...

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Nos gustaría agradecer a Andrés Corson de acuerdo con El Centro Network por proporcionar este plan. Si desea saber más sobre estas organizaciones, visite http://www.supresencia.com y http://www.elcentronetwork.com

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