Panorama de la oración: Pablo a los tesalonicenses, parte 2Muestra

Conducirse en armonía con el llamamiento

En cuanto al tema tratado el día de ayer, es obvio, que esta dignidad no es obra del creyente para ganar la salvación y el reino, sino las obras del creyente como salvado, que le califican para participar en el gobierno del reino eterno. 

Ahora bien, es lógico que si en el día del juicio, los tesalonicenses han de heredar el reino, deben ahora mismo conducirse en armonía con el llamamiento del evangelio que han recibido. Si nuestra vida es Cristo, nuestro futuro será ganancia, de lo contrario, no. 

De ahí que el contenido, y naturalmente también el propósito de la oración, es «que Dios os tenga por dignos» de la invitación de gracia que les ha extendido por medio de la predicación del evangelio, ya en principio, salvíficamente aplicado a sus corazones por el Espíritu Santo. En otras palabras, que ante la opinión de Dios, ellos vivan y actúen como conviene a los que han recibido el llamamiento.

Pero, por cuanto el hombre en su propia fuerza es incapaz de vivir en forma tal, que Dios lo tenga por digno del llamado, se añade de inmediato, y que por su poder haga cumplir todas vuestras resoluciones motivadas por la bondad y toda vuestra obra, resultante de la fe.

Observe la combinación: resolución y obra. La primera, es incompleta sin la segunda. «Delicia», es una palabra griega que traduce «buena voluntad». Pablo también la utiliza en las cartas a los romanos, efesios y filipenses; donde implica desear hacer algo para la honra de Dios, hasta el punto de ser una firme resolución o determinación, esto es excelente, pero no suficiente. La buena voluntad se debe traducir en acción, es necesario que llegue a su realización. 

Es importante entender, la intención empleada en expresiones tales como «resolución», «motivada por la bondad», «admiración por el bien», «obra resultante de», y «alimentada por la fe», que todas son responsabilidades que atañen a los creyentes y no a Dios. 

El apóstol, está constantemente orando para que, en el caso de los tesalonicenses, ninguna resolución que provenga de la buena disposición creada por el Espíritu Santo, deje de cumplirse; y, que ninguna obra inspirada por la fe, quede inconclusa. Ora, para que Dios realice todo esto, por el poder de su gracia que obra en ellos.