La ley de reino: la ley de darMuestra

Da en proporción a cómo has sido prosperado

Hablando del dar y hablando de la motivación del corazón, lo primero que necesitamos entender es que debemos dar guiados por las motivaciones correctas, nunca por presión, por cumplir con un compromiso, porque alguien hable bien acerca de nosotros, simplemente hacerlo porque debe formar parte de nuestro estilo de vida.

Pablo dijo que cada persona debería de dar exactamente en la misma cantidad, es decir lo que Pablo enseñó es el principio de que no todos deben dar lo mismo. Sino deben dar de acuerdo a una medida, y la medida es de acuerdo a como cada uno ha sido prosperado. Esta instrucción que Pablo da, es para los hijos de Dios, es para aquellas personas que tienen un compromiso con su iglesia local, en las que ellos saben que son parte y es una instrucción exclusivamente para ellos. 

Cada uno debería de hacerlo, debería dar de acuerdo a la medida que ha prosperado, debe haber un porcentaje, a mayor prosperidad, mayor cantidad, a menor prosperidad, menor cantidad. Según este principio, ¿cuál es esa medida, como podemos saber cuál es la manera de dar? Aquí es donde debemos entender las leyes espirituales en cuanto al dinero, en cuanto al uso de las cosas materiales.

Debo dar una buena medida, pero eso es muy ambiguo, ¿qué es una buena medida? Es de acuerdo a tu nivel de prosperidad; eso sigue siendo muy ambiguo, pero es por eso que tenemos que entender que el principio espiritual del diezmo no tiene nada que ver con la ley. Antes que la ley de Moisés fuera establecida en el monte Sinaí, antes de que Dios le diera las leyes a Moisés en donde se hablaba del diezmo, ya era una práctica en aquellas personas que caminaban en fe. 

El primer hombre que comenzó a depositar su diezmo o a vivir esta realidad del diezmo fue Abraham, conocido como el padre de la fe. Era un hombre que no vivía una fe ficticia o una fe en la mente, sino una fe en todos los aspectos de su vida. Este hombre tomó una decisión, dijo que él le daría a Dios por lo menos el diez por ciento de aquello que Dios le añadiera, ¿quién se lo dijo? Nadie lo obligó, simplemente por los conceptos de fe que él tenía, pensó, y lo estableció; entendió un parámetro espiritual. El diezmo era una buena medida para dar. Entonces el diezmo es una medida divina para medir nuestro dar, el diezmo es una forma en la que nosotros podemos medir nuestro dar de una manera constante, adecuada, equitativa y de una manera consistente.