La ley de reino: la ley de darMuestra

La motivación correcta para dar

Jesús acepta la invitación de un fariseo a comer en su casa. Cuando Jesús no lavó sus manos, según la tradición judía, este hombre se angustió mucho. Jesús está en la casa de un hombre religioso, y al ver su reacción, enfatiza que en lugar de ocuparse de lavar lo de afuera del plato ya que ponían mucho énfasis en estas prácticas externas, deberían de dar de lo que está adentro del plato con misericordia, darlo a otros, compartirlo con otros, para que entonces ellos pudieran estar limpios ante Dios. 

Jesús habla de algo contrario a la religión, porque la religión se basa en la apariencia, en la manera en que puedo presentarme externamente; sin importar la condición interna de mi vida. Lo que Jesús enseña a estos fariseos es la bondad. A pesar de que siembran todo, no han aprendido el principio de dar. No es el hecho simplemente de dar como los fariseos, y como los religiosos lo hacen; que cumplen con el diezmo, por cumplir y que los vean practicando la ley. 

Jesús dice: ustedes perdieron, no entendieron lo que es dar, ¡y si! Ustedes dan todo el detalle de su diezmo, pero no han aprendido lo más importante en el dar. Jesús les dijo algo interesante: es necesario que paguen el diezmo, pero con un corazón bueno, pero dejaron de lado lo más importante, la justicia y el amor de Dios, el diezmar era necesario sin descuidar lo más importante. Jesús habla de las motivaciones del corazón, la motivación debe ser la correcta. Jesús no dijo a los fariseos que estuvieran haciendo mal al diezmar, lo que dijo es que era necesario hacerlo con la actitud correcta.

Jesús jamás, en ningún pasaje le dijo a los fariseos que estuvieran haciendo algo correcto, salvo en esta ocasión, es la única vez que Jesús les dijo: eso que hacen está bien, es necesario hacerlo. En todas las actitudes que Dios habla de ellos, siempre les habla de cosas que hacían de manera incorrecta, nunca les dijo: es necesario que se laven las manos, que laven los platos cuando comen, que oren tres veces al día. Esto es lo único de todo a lo que Jesús hace referencia de los judíos, que ellos hacían bien, dar el diezmo. El problema es que no lo hacían con la motivación correcta. En todo el Nuevo Testamento Jesús solamente una vez hizo referencia al diezmo, y fue en esta ocasión, en todo el Nuevo Testamento no se vuelve a hablar del diezmo; fue la única vez que lo hizo y dijo: es necesario hacerlo.