El evangelio, el motivo de mi existenciaMuestra

Y la predicación de Jesucristo

El evangelio de Pablo se centraba en la persona del Señor Jesucristo. Él no solo predicaba a Cristo, sino que se regocijaba cuando otros predicaban a Cristo. Pablo puso en claro desde el comienzo de esta epístola, que Jesucristo, el eterno Hijo de Dios, era el centro y corazón de su evangelio. Y cuando Pablo predicaba el misterio del evangelio entre los gentiles, no cesaba de anunciar entre ellos las inescrutables riquezas de Cristo.

Solo cuando estamos separados «para» y dedicados «a» la persona del Señor Jesucristo, podemos estar separados y dedicados al evangelio. El compromiso de los creyentes en Cristo Jesús, es ser fieles a un mensaje que ha sido único a lo largo de la historia de la salvación. 

Dios ha hablado al hombre de muchas maneras, pero en su Palabra ha sido Cristo siempre el centro y objetivo, en Él se cumplió la promesa dada a los padres y anunciada por los profetas. Para el apóstol Pablo, es importante subrayar la congruencia del mensaje de Dios y la plena confirmación que Cristo es su cumplimiento, la revelación de un misterio esperado por siglos.

Un misterio que una y otra vez ha quedado oculto en la historia bajo diversos velos que los hombres han puesto sobre él y que es tarea de la iglesia proclamar con toda claridad y sencillez, a fin de que nadie quede ajeno al mensaje, a las buenas nuevas de Dios en Cristo Jesús.

El misterio de Dios: «Según la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos». El término misterio, no se refiere a algo oscuro o misterioso, sino a algo que el hombre puede saber solamente mediante la revelación divina. El misterio, se había mantenido en secreto desde la eternidad, pero ahora ha sido manifestado de manera decisiva en la vida, muerte y resurrección de Jesucristo.

Este misterio, que había estado oculto, ahora es revelado, ya no es un secreto. Lo que estaba escondido, ahora es dado a conocer. Es el secreto «silenciado» durante las largas edades del pasado, ahora es dado a conocer. La frase «desde el principio del mundo», es literalmente traducido «desde los tiempos de las edades» o «desde tiempos eternos». Es el misterio que ha estado escondido desde edades y desde generaciones y ahora en Jesucristo, tú tienes acceso a él también... Valóralo, predícalo con pasión y con compromiso.