El evangelio, el motivo de mi existenciaMuestra

El evangelio era para Pablo, el motivo principal de su existencia

En segundo lugar, era el evangelio de Pablo en el sentido que le había sido revelado: «El evangelio anunciado por mí no es según hombre; pues yo no lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo».  «Mi evangelio… según la revelación del misterio». «Subí según una revelación, y les expuse el evangelio que predico entre los gentiles». «Por revelación me fue declarado el misterio».

El evangelio era el motor que impulsaba sus sentimientos, acciones y planes; por eso era su evangelio, que a su vez reflejaba perfectamente el propósito eterno de Dios con su vida y la de todos los elegidos. Para Pablo, el evangelio era el motivo principal de su existencia, en el encabezado a la carta a los Romanos, menciona que fue apartado para el evangelio de Dios. Supo que el llamado en su vida fue como embajador del glorioso Evangelio de Dios. 

Creo que no nos equivocaríamos si dijéramos que Pablo respiraba, soñaba, comía y vivía el evangelio. Solamente una persona que tenga el evangelio de Cristo en tal estima puede llamarlo, «mi evangelio». Pablo llevaba el evangelio incrustado en su espíritu, de tal manera que en su corazón latía el indeclinable compromiso de predicar el evangelio dondequiera que iba.

El único evangelio

Había algo en el evangelio que predicaba Pablo, que lo hacía distinto a todos los demás evangelios que se predicaban. De hecho, Pablo llamaba al evangelio que él predicaba «mi evangelio», y llamaba a cualquier otro evangelio, un evangelio falso y anatema. Así, Pablo declara que el evangelio predicado por él, es el «único evangelio» verdadero, pues es el evangelio de Cristo y de Dios. Cualquier otro mensaje que difiera de esta verdad, es confusión y tergiversación a lo real, por lo tanto, es entonces, un evangelio bajo maldición.

Cuando Pablo utilizaba la frase «mi evangelio», para referirse al mensaje que predicaba, no quiere decir que fue un evangelio que él se inventó, Pablo afirma que el evangelio que él predicaba no fue producto de ninguna idea o invención humana, sino que fue revelación propia de Cristo. El evangelio de Pablo, no era otra cosa que el único y verdadero mensaje de Dios. Si usted está predicando el verdadero evangelio del reino de Cristo, tal como lo hacía Pablo, si vive para él, si lo lleva en sus entrañas, si lo respira, lo come, lo sueña y lo ama, de tal manera que lo ha hecho suyo, usted también se puede unir al apóstol Pablo y decir que el evangelio de Cristo es ¡mi evangelio!