Nuestro pan diario: encontrando consuelo en tiempos de pérdida Muestra

Lamento por un amigo

Como pastor, a menudo me pedían que dirigiera los servicios funerarios. Normalmente, el director de la funeraria me daba una ficha de 3 x 5 con todos los detalles sobre el difunto para que me informara sobre él o ella. Sin embargo, nunca me acostumbré a eso. Por más práctico y necesario que haya sido, parecía un poco trivial tomar la estancia terrenal de una persona y reducirla a una ficha. La vida es demasiado grande para eso.

Después de que David recibió la noticia de la muerte de Jonatán, pasó un tiempo recordando la vida de su amigo, incluso escribió un lamento que otros podían cantar como una forma de respetar a Jonatán (2 SAMUEL 1:17-27). David recordó el valor y la habilidad de su amigo, y habló de la tristeza que le llevó a lamentarse profundamente. Honró una vida rica, grata y heroica. Para David, fue un tiempo intenso de luto y recuerdo.

Cuando lloramos la pérdida de un ser querido, es fundamental recordar los detalles preciados y las experiencias compartidas de nuestra vida juntos. Esos recuerdos inundan nuestro corazón con muchos más pensamientos de los que puede contener una ficha. El día en que el duelo visita nuestro corazón no es momento de hacer breves resúmenes y sacar instantáneas rápidas de la vida de nuestro ser querido.

Es un momento para recordar profundamente, dándole gracias a Dios por los detalles, las historias y el impacto de toda una vida. Es momento de hacer una pausa, reflexionar y honrar. —Bill Crowder

Los recuerdos preciosos de la vida pueden atenuar la profunda tristeza de la muerte.