Nuestro pan diario: encontrando consuelo en tiempos de pérdida Muestra

La fe mezclada con la duda

Cuando mi amiga íntima Sharon murió en un accidente de coche, se me rompió el corazón. Me avergüenza admitirlo, pero cuando las circunstancias de la vida duelen tanto, mi fe suele estar mezclada con la duda. Cuando Sharon murió, clamé a Dios con estas preguntas:

Señor, no te entiendo. ¿Por qué permitiste esta muerte? “¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance” (ISAÍAS 40:28). “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová” (55:8).

Señor, estás más allá de mi entendimiento. Pero todavía me pregunto: ¿le has dado la espalda al mundo? “Dios está sentado en su santo trono” (SALMO 47:8) y “con su poder gobierna eternamente (66:7).

Señor, creo que estás gobernando este mundo, pero ¿te preocupa el dolor? ¿Te has olvidado de ser bueno? Yo soy "bueno y perdonador; mi gran amor se derrama sobre todos los que me invocan” (SALMO 86:5).

Sí, Señor, has sido bueno conmigo de innumerables maneras, incluso escuchando mis dudas y preguntas sobre Ti.
Las respuestas que Dios nos da en Su Palabra tal vez no nos quiten la tristeza, pero siempre podemos descansar en la verdad de que Él es sabio, soberano y bueno. —Anne Cetas

Cada pérdida deja un espacio vacío que solo la presencia de Dios puede llenar.