Nuestro pan diario: encontrando consuelo en tiempos de pérdida Muestra

Orando Con Osadía
¿Alguna vez te ha resultado difícil orar? Eso puede suceder cuando somos reacios a decirle a Dios cómo nos sentimos realmente. Podemos detenernos abruptamente a mitad de una oración, temerosos de faltarle el respeto a nuestro Padre celestial.
Un recorrido por el libro de los Salmos puede ayudarnos a orar más abiertamente. Allí podemos escuchar las conversaciones de David con Dios y darnos cuenta de que no tenía miedo de ser completamente abierto y honesto con el Señor. David clamó: “No me reprendas, Señor, en tu ira; no me castigues en tu furor” (SALMO 6:1). “Ten piedad de mí, Señor, porque desfallezco;” (6:2). “¿Por qué, Señor, te mantienes distante? ¿Por qué te escondes en momentos de angustia?” (10:1). “porque si guardas silencio, seré como los que bajan a la fosa” (28:1). “defiende mi causa, oh Señor” (35:1). “¡Escucha, oh Dios, mi oración!” (54:2). “Óyeme y respóndeme, porque mis angustias me perturban! Me aterran” (55:2).
Piensa en la actitud de David. Le estaba diciendo a Dios: “¡Ayúdame!”, “¡Escúchame!”, “¡No te enfades conmigo!”, “¿Dónde estás?”. David se acercó a Dios con osadía y le dijo lo que tenía en mente. Sí, Dios espera que nos acerquemos a Él con un corazón limpio, y debemos acercarnos a Él con reverencia—pero no debemos tener miedo de decirle a Dios lo que estamos pensando y sintiendo.
La próxima vez que hables con tu Padre celestial—dilo con franqueza. Él escuchará y comprenderá. —Dave Branon
La oración es una línea abierta al cielo.
¿Alguna vez te ha resultado difícil orar? Eso puede suceder cuando somos reacios a decirle a Dios cómo nos sentimos realmente. Podemos detenernos abruptamente a mitad de una oración, temerosos de faltarle el respeto a nuestro Padre celestial.
Un recorrido por el libro de los Salmos puede ayudarnos a orar más abiertamente. Allí podemos escuchar las conversaciones de David con Dios y darnos cuenta de que no tenía miedo de ser completamente abierto y honesto con el Señor. David clamó: “No me reprendas, Señor, en tu ira; no me castigues en tu furor” (SALMO 6:1). “Ten piedad de mí, Señor, porque desfallezco;” (6:2). “¿Por qué, Señor, te mantienes distante? ¿Por qué te escondes en momentos de angustia?” (10:1). “porque si guardas silencio, seré como los que bajan a la fosa” (28:1). “defiende mi causa, oh Señor” (35:1). “¡Escucha, oh Dios, mi oración!” (54:2). “Óyeme y respóndeme, porque mis angustias me perturban! Me aterran” (55:2).
Piensa en la actitud de David. Le estaba diciendo a Dios: “¡Ayúdame!”, “¡Escúchame!”, “¡No te enfades conmigo!”, “¿Dónde estás?”. David se acercó a Dios con osadía y le dijo lo que tenía en mente. Sí, Dios espera que nos acerquemos a Él con un corazón limpio, y debemos acercarnos a Él con reverencia—pero no debemos tener miedo de decirle a Dios lo que estamos pensando y sintiendo.
La próxima vez que hables con tu Padre celestial—dilo con franqueza. Él escuchará y comprenderá. —Dave Branon
La oración es una línea abierta al cielo.
Escritura
Acerca de este Plan

Nuestra esperanza y oración es que los devocionales a continuación reconforten tu corazón y levanten tu espíritu mientras te guían a apoyarte en el Señor, nuestro Pastor y nuestro Guía a través del valle de la aflicción.
More
We would like to thank Our Daily Bread for providing this plan. For more information, please visit: www.odb.org/app
Planes relacionados

7 días de oración a través de la pérdida

Mordeduras de duelo: duda revelada

Madre, Tu Amor Refleja a Dios

Mamás Con La Agenda Llena

Actitudes de un Matrimonio Indivisible

Dios Te Creó Con Propósito

¡Cuando El Dolor No Tiene La Última Palabra!

El Pentecostés Lo Cambió Todo

Matrimonio Indivisible
