Nuestro pan diario: encontrando consuelo en tiempos de pérdida Muestra
Una razón para la esperanza Es una de las historias más tristes de la Biblia, aunque inspiró uno de los himnos más esperanzadores del siglo XX.
El profeta Jeremías fue testigo de horrores inimaginables cuando los babilonios invadieron Jerusalén en el año 586 a. C. El templo de Salomón quedó en ruinas, y con él se fue no solo el centro de adoración sino también el corazón de la comunidad. El pueblo se quedó sin alimento, sin descanso, sin paz, sin líder. Pero en medio del sufrimiento y la tristeza, uno de sus profetas encontró una razón para la esperanza. “Por la misericordia del Señor no hemos sido consumidos”, escribió Jeremías, “porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es su fidelidad” (LAMENTACIONES 3:22-23). La esperanza de Jeremías provenía de su experiencia personal de la fidelidad del Señor y de su conocimiento de las promesas de Dios en el pasado. Sin ellas, no habría podido consolar a su pueblo.
Esta esperanza de Lamentaciones 3 se refleja en un himno de Thomas Chisholm (1866–1960). Aunque sufrió enfermedades y contratiempos a lo largo de su vida, escribió “Grande es tu fidelidad”. Nos asegura que incluso en momentos de gran temor, pérdida trágica e intenso sufrimiento podemos encontrar consuelo y confianza al confiar en la gran fidelidad de Dios. “Mañana tras mañana veo nuevas misericordias; todo lo que he necesitado Tu mano ha provisto. ¡Grande es Tu fidelidad, Señor, para conmigo!” —Julie Ackerman Link
La mejor razón para tener esperanza es la fidelidad de Dios.
El profeta Jeremías fue testigo de horrores inimaginables cuando los babilonios invadieron Jerusalén en el año 586 a. C. El templo de Salomón quedó en ruinas, y con él se fue no solo el centro de adoración sino también el corazón de la comunidad. El pueblo se quedó sin alimento, sin descanso, sin paz, sin líder. Pero en medio del sufrimiento y la tristeza, uno de sus profetas encontró una razón para la esperanza. “Por la misericordia del Señor no hemos sido consumidos”, escribió Jeremías, “porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es su fidelidad” (LAMENTACIONES 3:22-23). La esperanza de Jeremías provenía de su experiencia personal de la fidelidad del Señor y de su conocimiento de las promesas de Dios en el pasado. Sin ellas, no habría podido consolar a su pueblo.
Esta esperanza de Lamentaciones 3 se refleja en un himno de Thomas Chisholm (1866–1960). Aunque sufrió enfermedades y contratiempos a lo largo de su vida, escribió “Grande es tu fidelidad”. Nos asegura que incluso en momentos de gran temor, pérdida trágica e intenso sufrimiento podemos encontrar consuelo y confianza al confiar en la gran fidelidad de Dios. “Mañana tras mañana veo nuevas misericordias; todo lo que he necesitado Tu mano ha provisto. ¡Grande es Tu fidelidad, Señor, para conmigo!” —Julie Ackerman Link
La mejor razón para tener esperanza es la fidelidad de Dios.
Escritura
Acerca de este Plan
Nuestra esperanza y oración es que los devocionales a continuación reconforten tu corazón y levanten tu espíritu mientras te guían a apoyarte en el Señor, nuestro Pastor y nuestro Guía a través del valle de la aflicción.
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