Nuestro ritmoMuestra
El ritmo de desacelerar
Apresurarse podría ser el pecado más peligroso de todos porque en realidad no se siente como tal. Las ocupaciones, el afán, las prisas y las distracciones tienen el potencial de robarnos la alegría de nuestras vidas. Y el gozo del Señor, como me lo recordó un amigo, es de donde proviene nuestra fortaleza (Nehemías 8:10). Cuando decidimos compartir con las personas que nos importan, cuando elegimos estar presentes con corazones llenos de vida y plenos de gratitud por el regalo de la vida, deleitándonos en Dios y en nuestra gente; es cuando nos encontramos en nuestro punto más fuerte. Es como si la alegría formara un escudo alrededor nuestro protegiéndonos contra las distracciones destructivas y el afán del mundo. Nunca disfrutaremos verdaderamente de nuestras vidas, nuestras relaciones o de nuestro tiempo si corremos de una actividad a la siguiente.
El amor simplemente no puede crecer si tenemos prisa por cultivarlo. El amor solo crece cuando desaceleramos lo suficiente como para apreciar a las personas que nos rodean y abrimos los ojos para ver la belleza dentro de ellos, deleitándonos por estar totalmente presente para ellos. La verdadera conexión, es decir, el dar toda nuestra atención sin distracciones, es uno de los mejores regalos que podemos dar a nuestro cónyuge, a nuestros hijos y a todas las relaciones que valoramos.
Las parejas exitosas se dedican a compartir pequeños momentos juntos.
Hay miles de cosas que hacer diariamente pero para llevarlas a cabo no tenemos que pasar por alto o ignorar por completo a quienes amamos, arrebatando de esta manera el significado y la conexión a nuestro día.
Qué significa contar nuestros días.
“Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestro corazón adquiera sabiduría”. Salmo 90:12
Me gusta que el salmo diga: "Enséñanos a contar bien nuestros días". No es algo natural sino que necesitamos que nos lo enseñen. Comencemos entonces a orar por lo que nos falta. “Enséñanos, Señor, a hacer que nuestros días cuenten, a abrir los ojos para ver lo que realmente importa y a comunicar nuestro amor disminuyendo la velocidad hasta construir una verdadera conexión”. Contar nuestros días significa recordar que son un regalo de Dios y que antes de que nos demos cuenta, se habrán ido. Al vivir con esta mentalidad, caminaremos por la vida con gran intención, disminuyendo la velocidad y dedicándonos a lo que realmente valoramos.
Sin importar dónde nos encontramos o si la conexión emocional es fuerte o débil, hoy podemos elegir aceptar las invitaciones de nuestro cónyuge para conectarnos, las cuales pueden ser desde: "¿Leíste el artículo que te mandé?", hasta: "¿Quisieras hacer el amor?". Al captar su atención, al detenernos en lo que estamos haciendo y mostrando genuino interés en lo que nos están diciendo, se construye la conexión que con el tiempo marcará la diferencia.Desacelerar hasta lograr una conexión real con nuestro cónyuge, nos llevará paso a paso hacia un matrimonio exitoso.
PRACTICA:
- Haz una lista de los momentos en que la prisa se eleva. ¿Cómo puedes eliminar proactivamente el afán de esas áreas de tu vida?
- Encuentra las oportunidades para desacelerar y dedicarte a tu pareja.
- Anota mentalmente cuando digas sí o no esta semana. ¿A quién y a qué te dedicas? ¿Cómo puedes cambiar tu horario y prioridades para dedicarte más a los que amas?
- Esta semana fijen una fecha en el calendario para disfrutar juntos de un atardecer.
Escritura
Acerca de este Plan
¿Conoces a esas parejas que parecen prosperar de verdad? ¿Los afortunados que, de alguna manera, siguen locamente enamorados después de décadas? Resulta que ese tipo de matrimonio no está destinado solo a unos pocos elegidos. Los matrimonios más saludables comparten un secreto transformador: los ritmos intencionales. Chris y Jenni Graebe te invitan a descubrir cuáles son esos ritmos fundamentales y los resultados que pueden tener en tus relaciones si los pones en práctica.
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