Nuestro ritmoMuestra
El ritmo de impartir vida
Al pensar en las parejas a las que admiramos, nos damos cuenta de que toda pareja exitosa que ha logrado estar junta durante mucho tiempo, tiene una manera de expresarse mutuamente usando un profundo sentido de admiración y respeto. Presta atención. Este sentido de profundo respeto debe estar presente y es fundamental para que una pareja prospere. Incluso en los momentos de conflicto y frustración existe un sentimiento de profundo aprecio el cual mantiene a la pareja fortalecida.
En el matrimonio es importante respetarse mutuamente como personas. Una de las cosas que selló mi relación con Chris, incluso cuando solo éramos amigos, fue lo respetada que me sentía por él. Él tenía la habilidad de resaltar siempre lo mejor de mí y mostrarlo al mundo; cosas que ni siquiera yo podía ver en mí misma. Las palabras que usamos entre nosotros crean nuestra cultura. Si el ambiente de nuestra relación está lleno de palabras de crítica y desprecio, ningún gesto romántico podrá lograr una mínima diferencia. Sin embargo, tenemos el poder de cambiar el ambiente de nuestra relación simplemente cambiando nuestras palabras.
1. Afirma lo bueno
¿Cuáles son algunas maneras prácticas con las que podemos comenzar a crecer en este ritmo? Este es el lugar más fácil para comenzar: Cuando piensas en algo amable dilo en voz alta. Ya sé que suena muy sencillo pero frecuentemente las cosas más sencillas pueden hacer grandes diferencias.
Entiendo que puede ser más sencillo para unos que para otros. Cuando me casé, este ritmo de impartir vida no me salía naturalmente. Sin embargo, con el tiempo fui viendo lo importante que era para Chris y qué fácil era para él afirmar a aquellos a su alrededor, y este ritmo se me comenzó a pegar. Así como todo lo que vale la pena intentar, impartir vida requiere práctica. Revístete de bastante gracia y de tiempo pero comienza. Cuando pienses algo amable dilo en voz alta. Aunque al principio sea incómodo, prueba, otra y otra vez. Con el tiempo tu esposo comenzará a levantar la cabeza más alto e incluso se fortalecerá en aquellas áreas en las que te tomó tiempo reconocerlo y reafirmarlo con esa intención.
2. Afirma el don
Podemos llevar las palabras de vida a otro nivel cuando oramos pidiendo ojos que vean e identifiquen los dones y llamados que Dios les ha dado a nuestros esposos. Nadie lo conoce mejor que tú y ninguna opinión importa más que la tuya. Los dos nos casamos siendo personas con sueños, dones y habilidades. Parte de un matrimonio sólido y sano es reconocer, nutrir y darle prioridad a los dones de ambos; es buscar aquellas semillas de talento, capacidad y pasión para regarlas con nuestras palabras y verlas florecer a través del tiempo.
Si él es realmente bueno en la fotografía, afirma ese don que reconoces en él y ayúdalo a crear una página en internet o un portafolio. Quizás a ella le encanta escribir, pues sorpréndela con algunas horas para ella en su café favorito donde pueda soñar y escribir. El cielo es el límite. Cuando tenemos la oportunidad de ver a alguien que amamos haciendo lo que le gusta nos enamoramos de ellos otra vez.
3. Afirma la verdad
Las parejas exitosas conocen quién es realmente su cónyuge y siempre indagan las circunstancias que contribuyen a su comportamiento antes de cuestionar su carácter. Cuando la vida trata de desviarnos de la persona que Dios nos llamó a ser podemos recordarnos uno al otro cuál es nuestra verdadera identidad en Cristo. Esas parejas exitosas hablan la verdad con amor.
Uno de mis versos favoritos de la Escritura es 1 Corintios 5:7: “Desháganse de la vieja levadura para que sean masa nueva, panes sin levadura, como lo son en realidad". Es fácil definirnos a nosotros y a otros como la suma de nuestras faltas pero la verdad es que eso no es lo que somos realmente. De acuerdo a la Palabra de Dios, si estamos en Cristo, hemos sido hechos nuevas criaturas, no porque nos comportemos perfectamente sino porque su sacrificio nos cubre. Así que, aunque mi viejo ser aparezca de vez en cuando, no es lo que en realidad soy. Me fue dada una identidad completamente nueva en Cristo. Estoy cubierta por el sacrificio de mi Salvador y soy hecha nueva en Él. Y es un gran regalo que sea mi esposo, la voz más poderosa de mi vida, el que me lo recuerde.
Compruébalo. Observa lo que Dios hará. A veces solo se necesita una palabra de amor para cambiar el ciclo de hostilidad. Tú podrías ser quien cambie todo. La sanidad puede comenzar con un momento de amabilidad.
Practica:
- Pasa tiempo con el Seńor esta semana pidiéndole alinear la manera de ver a tu cónyuge con la suya y que te ayude a tratarlo de acuerdo a su visión.
- Elógialo en público esta semana (en frente de humanos, no de redes sociales). Encuentra algo que realmente admires en él y afírmalo de manera sincera frente a sus amigos o familiares. Observa cómo levanta su cabeza un poquito más alto.
- ¿En qué es bueno tu cónyuge? ¿Qué temas hacen que brillen sus ojos cuando habla de ellos? Reconócelo esta semana. Descubre una manera practica de ofrecerle un espacio en el que pueda crecer.
- ¿Hay algún área de conflicto con tu cónyuge donde se encuentren continuamente tentados a hablarse con aspereza? ¿Te ayudaría si hablaras abierta y honestamente acerca de cómo te sientes tú sin acusar, menospreciar o subestimar a tu cónyuge como hijo de Dios?
Escritura
Acerca de este Plan
¿Conoces a esas parejas que parecen prosperar de verdad? ¿Los afortunados que, de alguna manera, siguen locamente enamorados después de décadas? Resulta que ese tipo de matrimonio no está destinado solo a unos pocos elegidos. Los matrimonios más saludables comparten un secreto transformador: los ritmos intencionales. Chris y Jenni Graebe te invitan a descubrir cuáles son esos ritmos fundamentales y los resultados que pueden tener en tus relaciones si los pones en práctica.
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