Hecho para esto: un estudio sobre identidad, pertenencia y propósitoMuestra
¿Cómo caminamos en nuestra identidad?
Por Danny Saavedra, pastor
“En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad”.Efesios 4:22–24 (RVR1960).
Como hemos hablado en los devocionales de esta semana, antes de venir a Jesús, y aún como creyentes, permitimos que el mundo, la cultura, nuestra familia, otras personas y aún nosotros mismos definan nuestra identidad y nos pongan etiquetas, que no son de Dios, y no es lo que Dios dice de nosotros.
También hemos explicado lo que Dios dice sobre nosotros y la identidad que Él nos da como creyentes. Hoy quiero compartir un poco sobre cómo podemos caminar en esta identidad como hijos amados de Dios y seguidores de Cristo.
En Efesios 4:22, Pablo nos motiva a “despojarnos del viejo hombre”. Es un lenguaje metafórico y nos invita a imaginarnos a nuestro “viejo hombre” como ropa sucia, rota y vieja que nos quitamos y tiramos a la basura, y nunca más nos la volvemos a poner. ¿Alguna vez has tenido una prenda de vestir que estaba a la moda en algún momento y la encuentras en tu armario años después y te preguntas “¿En qué estaba pensando?”, y luego la tiras? Eso es lo que debemos hacer con el viejo yo: ¡Tirarlo a la basura! Ahora bien, el viejo yo incluye nuestro estilo de vida pecaminoso, pensamientos, filosofías e ideologías mundanas; las cosas que antes perseguíamos, la forma en que hablábamos, pensábamos, actuábamos e interactuábamos con los demás, y la forma en la que nos veíamos a nosotros mismos, a Dios, a los demás y al mundo.
En cambio, como aquellos que son salvados y santificados, volviéndonos más como Jesús, se nos instruye a vestirnos del nuevo yo. Un nuevo armario de santidad, apartados para Dios, llamados a vivir y actuar diferente; y de justicia, justificados con Dios y viviendo correctamente para con los demás, de acuerdo con su Palabra. ¿Alguna vez has visto uno de esos programas de renovación de casas en los que cambian una cocina y ponen una nueva, preciosa, o renuevan una casa por completo y la dejan increíblemente bonita? Tiran todo lo viejo para hacer sitio para lo nuevo. Eso es lo que tiene que pasar con nosotros, en la forma en que pensamos, actuamos y vivimos, en la forma en que nos vemos a nosotros mismos, al mundo y a otros. Debemos adoptar la nueva persona y el nuevo manto que Él pone sobre nosotros en Cristo Jesús.
Así que, ¿cómo aceptamos esta nueva persona? ¿Cómo caminamos en nuestra nueva identidad diariamente? Bueno, Pablo nos dice en Romanos 13:14 (NVI): “revestíos del Señor Jesucristo”. Si quieres dejar atrás el armario viejo y las etiquetas que venían con él, ¡revístete de Cristo! Concéntrate en quién es Él, en su identidad, en las etiquetas que Él le da al mundo. Vístete con su palabra, su presencia, su carácter. ¡Pon tu energía, concentración, atención e identidad en quien Él es, lo que Él ha hecho, y lo que Él dice sobre ti!
Pausa: ¿Qué pasos puedes dar para ponerte el nuevo yo y revestirte cada día con el Señor Jesucristo?
Practica: Busca los nombres y títulos de Jesús y lo que dice la Biblia sobre la persona de Jesús, su papel, su misión, trabajo, carácter y naturaleza. Comprenderlo a Él más profundamente va a cambiar la forma en que ves tu vida, a ti mismo, tu propósito, el mundo y cómo piensas, actúas, hablas e interactúas con los demás.
Ora: Padre, ¡ayúdame a dejar mi viejo yo y revestirme de tu Hijo, el Señor Jesucristo! Ayúdame a poner toda mi atención en Jesús, en quien Él es y lo que ha hecho y está haciendo, y no en mí mismo. Santifícame todos los días y acércame más profundamente a Cristo. Amén.
Escritura
Acerca de este Plan
¿Quién soy? ¿Por qué estoy aquí? ¿A dónde pertenezco? ¿Cuál es mi propósito? Si alguna vez te has planteado preguntas profundas como estas, no estás solo. En el fondo, todos sentimos que hay algo más en esta vida, que fuimos creados para algo más. En este estudio de 15 días, descubriremos quiénes debemos ser, dónde podemos encontrar un verdadero sentido de pertenencia y aceptación, y el propósito con el que Dios nos creó.
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