Yo elijoMuestra

Elijo la oración antes que la preocupación

Allí yacía solo en un túnel blanco, acompañado sólo por mis pensamientos y el ocasional zumbido, ruido metálico o pitido que emanaba de la máquina. Cuando los síntomas surgieron hace más de seis meses, nunca imaginé que me encontraría aquí, con posibilidades aterradoras cerniéndose sobre mí. ¿Qué está causando los síntomas? ¿EM? ¿Un tumor cerebral? Mientras pensaba en los posibles resultados de la prueba, sentí que mi corazón comenzaba a acelerarse y se me llenaban los ojos de lágrimas. Parpadeando, eché mano de lo único que me había mantenido con los pies en la tierra en los últimos meses. "Señor, tengo miedo y te necesito".

En un mundo de interminables "qué pasaría si" y cambiantes "qué pasará ahora", es fácil centrarse en nuestras circunstancias. Permitimos que el mal informe médico, la economía en quiebra y el aumento de la violencia en las noticias planten semillas de miedo y preocupación en nuestras vidas. Ése es el peligro de la preocupación. Crece y ocupa un espacio precioso en nuestros corazones y mentes.

También hay buenas noticias. Hay algo que podemos hacer que no sólo vence la preocupación, sino que ocupa su lugar. Podemos optar por apartar la vista de nuestras circunstancias vacilantes y, en cambio, centrarnos en aquel que nunca cambia. Esto es lo que sucede cuando oramos. En esos momentos, cuando elegimos la oración en lugar de la preocupación, entramos en la presencia de nuestro Dios soberano, amoroso, sabio e inmutable. Le presentamos nuestras alabanzas y nuestros temores. Es famoso por sustituir la preocupación por la paz, el miedo por la confianza y la incertidumbre por la esperanza. Entonces, ¿qué preocupación está ocupando espacio en tu corazón? Elige tomarlo cautivo y llevarlo a Dios en oración hoy.

Oración: Dios te doy _____. ¿Vendrás con tu poder y harás tu obra en _______? Creo en ti Dios, confío en tus caminos y en ti pongo mi esperanza.

Divina Bruss, esposa de un trabajador de Life.Church y madre de cuatro hijos