Yo elijoMuestra

Elijo la disciplina antes que el arrepentimiento

Prueba esto conmigo. Piensa en dónde está tu oración, tu vida física, financiera o familiar. Ahora, piensa dónde quieres que esté. ¿Qué hay en el medio? Si eres normal, existe la infame brecha. Es la misma brecha que ocurre cuando nuestro exterior no coincide con nuestro interior. La brecha entre conocer la verdad e incorporar el cambio. Es la brecha entre la disciplina y el remordimiento.

Cuando mi hija mayor tenía cuatro años, yo había estado en el ministerio vocacional durante unos siete años. Me había alejado de entregarme a una parte de mi vida que era mucho más importante que mi trabajo como pastor: mis hijos. La deriva es lo opuesto a la disciplina. No hacer nada habría sido elegir el remordimiento de crear otra estadística de “Hijo del Pastor”.

No me despertaba todas las mañanas pensando: "Quiero ser un mal padre". Pero tampoco me despertaba todas las mañanas y decidía llenar el vacío. Entonces tomé una decisión. Elegí la disciplina. Decidí hacer algo cada semana durante los siguientes 18 años con al menos una de mis tres hijas. Podría ser una cita, una nota, una palabra de afirmación, pero definitivamente algo fuera de mi camino. ¿Por qué? Porque era difícil conseguir tracción con los pies en alto.

Proverbios 25:28 NTV lo explica claramente: Una persona sin control propio es como una ciudad con las murallas destruidas Hoy en día, mis tres hijas aman a Jesús y aman la iglesia. Dos de mis yernos están en el ministerio de tiempo completo. Estoy muy agradecido de que el Espíritu Santo me haya inspirado y empoderado para elegir la disciplina en lugar del remordimiento.

Actúa: ¿Dónde están los vacíos en tu vida? ¿A qué disciplina te está llevando el Espíritu Santo a comprometerte para lograr el cambio?

Ronnie Brumley, pastor de campus de Life.Church