A prueba de tormentasMuestra

Cuando las olas de la vida comiencen a abrumarte (y lo harán), ¿qué harás?

Es imposible eliminar las tormentas de la vida, pero es posible correr en busca de refugio y encontrar ese lugar de dulce pero poderosa protección. Un discípulo azotado por la tormenta puede permanecer en este refugio pacífico hasta que pase el torbellino.

Está muy claro que las tormentas son una parte inevitable de nuestras vidas de este lado de las costas del cielo; de hecho, ninguno de nosotros es inmune a un huracán de categoría 5 mientras intentamos forjar una vida abundante mientras vivimos en nuestros cuerpos terrestres. Sin embargo, ahora sabemos que atravesar una tormenta puede ser una experiencia fortalecedora a medida que descubrimos cómo deshacernos del pánico y decidimos prevalecer con determinación. Es en los momentos más volátiles de una tormenta que un discípulo de Jesús determina si se llenará de miedo o de fe. Nadie más puede tomar esa decisión por nosotros.

Cuando una tormenta se avecina en el horizonte de tu vida, en lugar de publicar tu dolor en las redes sociales y quejarte de tu falta de recursos, concéntrate en Aquel que es capaz de protegerte, defenderte y preservarte. Tomate el tiempo para orar, leer la Palabra y adorar.

Mientras esperas en el refugio impenetrable de la presencia de Dios y anhelas que pase la tormenta, descubrirás dentro de ti una fuerza poco común que nunca antes había sido parte de tu ser interior. Serás sostenido, empoderado e impulsado hacia los propósitos de Dios. Su refugio no es sólo un escondite contra las tormentas.

En medio de la tormenta, nos volvemos más como Él y heredamos riquezas espirituales que nunca antes habíamos sabido que estaban disponibles para nosotros. Somos transformados en personas de valor y destino. Incluso mientras afuera la tormenta está causando estragos y desatando destrucción, dentro del refugio contra tormentas estamos protegidos y se nos proporciona un sustento glorioso. La tormenta se ha convertido ahora en nuestro mejor momento a medida que se completa la obra de Dios en nuestras vidas.

Hoy, ¿podrías escribirme un correo electrónico a carol@carolmcleodministries.com? ¡Por favor déjame saber cómo te ha ayudado esta enseñanza y cómo puedo orar por ti! ¡Espero tener noticias tuyas!