A prueba de tormentasMuestra

Dios conocía el carácter de Job. Él conocía íntimamente a su siervo y todos sus caminos, así como lo está conmigo y mis caminos, y contigo y tus caminos. Dios sabía que no importaba lo que Satanás le hiciera a Job, este hombre único en su especie seguiría siendo irreprochable.

La tormenta de Job cambió la trayectoria de toda su vida. También cambió la perspectiva del pueblo de Dios sobre el sufrimiento a partir de ese momento. Esta prueba nos ha enseñado a todos cómo sufrir bien y cómo esperar que la compasión de Dios escriba el último capítulo de todas nuestras historias.

Nuestra primera respuesta después de experimentar un huracán de categoría 5 en la vida siempre debe ser arrodillarnos y estallar en adoración.

Al estudiar la vida posterior de Job, veremos que experimentó días de preguntas y asombro. Veremos que Job lloró y se entristeció; padecía el corazón destrozado y devastado por los espasmos del duelo. Entendemos ese tipo de respuesta. Lo que a menudo nos resulta difícil de entender es su primera respuesta de adoración.

Cuando las condiciones crueles causadas por un ciclón invadan tu vida, propónte vivir en la justicia de Cristo, arrodíllate y bendice al Señor. La mejor manera de observar los daños de la tormenta es desde la posición de las rodillas. La adoración trasciende la comprensión; no necesitas “comprender” lo que está sucediendo en tu vida para poder adorar al Señor.

Puedes llorar, ¡pero por favor adora también! Puedes llorar por el dolor humano, ¡pero también clama al Señor! Puedo asegurarles que Dios tomará cada grito de dolor humano que hayan pronunciado y los combinará con cada cántico de alabanza que hayan sacrificado, y creará una sinfonía gloriosa y eterna. Cuando adoras al Señor después de la tormenta y obtienes la perspectiva que brinda permanecer de rodillas, descubrirás que la curación ha comenzado.