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Puertas Abiertas. Corazones Abiertos.Sample

Puertas Abiertas. Corazones Abiertos.

DAY 8 OF 8

Un estilo de vida.

Dios cuida de su pueblo a través de su pueblo.

En esta serie, hemos reflexionado sobre algunos ejemplos de hospitalidad que encontramos en la Biblia y sobre el llamado a ofrecer hospitalidad sin refunfuñar y con generosidad, no sólo a nuestros propios huéspedes, sino también a los santos y a los extranjeros.

Como creyentes y parte del Cuerpo de Cristo, reflejamos la semejanza de Cristo y el amor de Dios cuando ofrecemos hospitalidad con generosidad. Imaginemos un mundo en el que todos nos dedicáramos a abrir puertas, a honrar a los demás por encima de nosotros mismos y a compartir unos con otros.

La hospitalidad es más que una práctica ocasional; es una forma de vida. Romanos 12:9-21 describe las características de la hospitalidad cristiana. Exige que compartamos nuestro tiempo, nuestras finanzas, nuestras habilidades y otros recursos con amabilidad y respeto. Exige sacrificio. Es amor en acción.

Las Escrituras nos dicen que Jesús, sus discípulos y los profetas fueron recibidos en muchos hogares con amor, cortesía y extraordinaria amabilidad.

Marta y María ofrecieron una generosa hospitalidad a Jesús (Lucas 10:38-42).Priscila y Aquila acogieron a Pablo (Hechos 18:2-3).Sara y Abraham mostraron hospitalidad a sus visitantes (Génesis 18:1-8). Tabita demostró bondad con sus obras (Hechos 9:36), y Booz mostró una generosidad y bondad excepcionales hacia Rut (Rut 2:8-16). La lista continúa.

La Biblia es el fundamento de la vida cristiana, y de la multitud de ejemplos compartidos en la Palabra de Dios, podemos aprender que practicar la hospitalidad significa aceptar a las personas, compartir con ellas, suplir sus necesidades según la misericordia de Dios, y tratarlas con respeto.

Alabamos a Dios por el Ejército de Salvación [la Iglesia], que practica la hospitalidad con manos generosas entre los necesitados, las comunidades que sufren y los refugiados. Y todo para traer gloria, honor y alabanza a Dios, para que la gente pueda conocer la gracia salvadora de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo. Este debe ser nuestro objetivo final.

La hospitalidad puede ser vivida por individuos, con otros en nuestras familias, lugares de trabajo y comunidades, y ciertamente dentro de la Iglesia. Pero nunca intentemos hacerlo solos. Dependamos de Dios, de su Hijo Jesucristo y del poder del Espíritu Santo cuando abramos nuestras puertas y nuestros corazones a los demás con amor.

Para reflexionar:

¿Practicamos de verdad la hospitalidad con amor, compasión y generosidad, o nos limitamos a hacer las cosas sin una intención sincera?

Una oración para hoy:

Querido Padre Celestial, en tu misericordia y amor, que podamos ofrecer hospitalidad a todos, con generosidad para tu gloria y honor por el bien de tu Reino, en el poder del Espíritu Santo. En el nombre de Jesús. Amén.

Day 7

About this Plan

Puertas Abiertas. Corazones Abiertos.

Con las puertas y los corazones abiertos, podemos acoger a los demás en un espacio donde son vistos, donde son amados y donde son valorados. En esta serie de ocho días, examinaremos más de cerca ejemplos e historias de hospitalidad que se encuentran en la Biblia, y reflexionaremos sobre cómo puedes practicar bien la hospitalidad en tu propia vida.

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