Puertas Abiertas. Corazones Abiertos.Sample
Perturbación.
Una mujer viene al culto. Está literalmente doblada por la cintura. No puede mantenerse erguida. Sus ojos están permanentemente abatidos y lo han estado durante casi toda su vida. Como una mujer en esta sociedad, ella es un objeto de propiedad que no tiene poder. Como mujer lisiada por un espíritu maligno, ha sido declarada pecadora y una amenaza para la comunidad religiosa... y, sin embargo, sigue acudiendo al culto. No ha abandonado su fe ni a su Dios.
Jesús la ve y dice: “He aquí una mujer”.
Esperen: ¡Concéntrense! ¡Presten atención!
Durante 18 años, la gente la ha evitado como a la peste, tanto con la mirada como con el tacto y, sin embargo, Jesús la ve; la lleva al centro de la comunidad de fe; le habla y la reúne en un abrazo sanador de Dios: Es restaurada.
Cuando Jesús la llama “Hija de Abraham”, le otorga honor, dignidad y estatus social. ¡Qué escándalo!
La hospitalidad (¡en sábado!) y el milagro resultante no son bien recibidos por los líderes religiosos. Las Escrituras y la Ley han chocado con el amor y la hospitalidad.
¿Se imaginan la escena? Una mujer encorvada es liberada y se pone de pie. Una mujer de la periferia se dirige al centro de la sinagoga... ¡y baila!
¡Menudo alboroto!
Ser hospitalario implica ver y llamar al centro a los no amados, a los desfigurados, a los forasteros, a los marginados. Implica envolverlos en un cálido abrazo de Dios y dirigirles palabras de respeto, valor y honor. Es aquí donde se despliega el poder divino y transformador de la hospitalidad. Es aquí donde se ofrece sanación, integridad y esperanza.
Para reflexionar:
¿Quién está en el límite, en los márgenes de nuestras comunidades de fe?
¿Quién necesita que lo veamos, lo llamemos, lo incluyamos, lo abracemos y lo honremos?
¿Cuáles son los bloqueos en nuestra comunidad de fe que impiden que la gente se acerque a Jesús?
Una oración para hoy:
Señor, danos ojos para ver; un corazón cariñoso para acoger e incluir a los demás; y el valor para ofrecer hospitalidad... incluso cuando cause trastornos. Amén
Scripture
About this Plan
Con las puertas y los corazones abiertos, podemos acoger a los demás en un espacio donde son vistos, donde son amados y donde son valorados. En esta serie de ocho días, examinaremos más de cerca ejemplos e historias de hospitalidad que se encuentran en la Biblia, y reflexionaremos sobre cómo puedes practicar bien la hospitalidad en tu propia vida.
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