Jesús: El camino, la verdad y la vida

En la noche de Pascua, los discípulos se reunieron con Jesús para lo que sería su última cena con él antes de morir. Jesús dijo a sus discípulos que se iba para prepararles un lugar. "No se turbe vuestro corazón. Confiad en Dios y confiad también en mí", les dijo.

Durante tres años habían visto a Jesús hacer milagros, y le habían escuchado enseñar a las multitudes y confundir a los líderes religiosos. Habían esperado con impaciencia estar a su lado cuando inaugurara su reino en la tierra, donde gobernaría de una vez por todas. ¿Y ahora les dejaba?

Confundido, Pedro preguntó: "Señor, ¿adónde vas? ¿Por qué no podemos ir?" Pedro incluso se ofreció a morir con Jesús. Fue entonces cuando Jesús le dijo a Pedro que esa noche negaría a Jesús tres veces.

Entonces Tomás, igualmente perplejo, dijo: "No sabemos adónde vas. ¿Cómo podemos saber el camino?". Hasta ese momento, los discípulos habían seguido a Jesús dondequiera que fuera. Conocían el camino porque Jesús se lo había mostrado.

Jesús dijo: "Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie puede venir al Padre sino por Mí". Jesús dijo que Él y el Padre eran lo mismo. Si le habían visto a Él, habían visto al Padre, solidificando aún más la naturaleza divina de Jesús.

Jesús invitó a los discípulos a confiar en Él en lugar de temer por su futuro sin Él. Prometió ser su camino, guiándoles en los momentos más dolorosos de sus vidas, especialmente en los días venideros. Prometió ser la verdad que necesitarían para anclar sus almas en tiempos difíciles. Prometió ser su vida, dándoles valor cuando no encontraran fuerzas para seguir adelante. Les hizo estas promesas y les dijo que nadie puede llegar al Padre si no es a través de Él.

Aprendieron que Jesús les enviaría un ayudante, el Espíritu Santo, para que viviera en ellos, estuvieran donde estuvieran. Cuando no supieran qué hacer, el Espíritu Santo les guiaría. Cuando tuvieran miedo, Él los consolaría. Jesús prometió que podrían pedir lo que necesitaran en Su nombre y recibirlo.

Las promesas que Jesús hizo a los discípulos aquella noche son válidas para ti hoy. Confía en el Espíritu Santo para que sea tu camino y te guíe a través de las dificultades a las que te enfrentas. Dale gracias por ser tu verdad inmutable y por ser tu fuente de vida.

En los días en que puede ser difícil encontrar tu próximo aliento, pídele al Espíritu Santo que te muestre el camino a través de tus problemas. Confía en Él para que te muestre algo verdadero por lo que puedas estar agradecido. Dale gracias, aunque no conozcas el resultado. Permítele ser tu camino, tu verdad y tu vida.

Reflexiona:

¿Cómo puedes confiar en el Espíritu Santo para que sea tu camino, tu verdad y tu vida hoy?

¿Has confiado en Jesús para que te lleve al Padre?

Ora:

Gracias, Jesús, porque cuando no sé lo que me espera, Tú sí lo sabes. Gracias por ser mi camino al Padre, por mostrarme la verdad y por ser mi vida. Haz que confíe en Ti incluso cuando la vida es dura.

Anne Marie Winz lleva mucho tiempo trabajando en Cru. Le gusta tomar café, leer buenos libros y hablar con sus amigas. Está casada con el increíble Mark Winz.