La Luz para que todo el mundo la vea

Mientras crecía, había pocas alegrías que me atrajeran más que las luces de Navidad. Todos los años llegaba diciembre y yo sabía que era cuestión de tiempo que nuestra calle sin vida se adornara y se convirtiera en una sinfonía de iluminación verde, roja, azul y dorada. Mi yo de siete años apenas podía contener la emoción.

Mirando hacia atrás, no es ningún misterio por qué me maravillaba el brillo.

No puedes evitar sentirte atraído por la luz. En medio de la oscuridad, la luz es una promesa esperanzadora de que hay algo radiante esperando a ser encontrado. No se puede crear oscuridad donde hay luz, pero sí se puede hacer luz en medio de la oscuridad. La oscuridad siempre está a merced de la luz.

La luz no puede evitar cambiar las cosas. Una bombilla abre una habitación y te ayuda a encontrar el pendiente que creías perdido. La luz del sol señala el comienzo del día y despierta tu cuerpo cada mañana.

Y el día de Navidad, estás invitado a celebrar que Jesús, la Luz de la Vida, venció no sólo la oscuridad externa de la muerte y el sufrimiento, sino que te ayuda a caminar por el mundo de hoy.

Así como la columna de luz guió a los israelitas a través del desierto en la noche, así Jesús te guía a través de la oscuridad de tu propia desesperación, dolor, incertidumbre y pérdida. Te invita a depositar en Él todas tus preocupaciones y a confiarle el siguiente paso. Y a medida que caminas a la luz de Jesús, sucede algo maravillosamente obvio: empiezas a reflejar la luz cada vez más.

Cuando Jesús enseña que sus seguidores son una ciudad sobre una colina, no puedo evitar imaginarme mi pequeña y luminosa calle en Nochebuena. Los destellos traen un resplandor reconfortante mientras atraviesan el cielo nocturno. Y debido a su brillo, los demás pueden ver mi calle resplandeciente desde muy lejos.

Seguir a Cristo puede tener ese mismo efecto porque el cambio que Jesús provoca en nosotros resplandece notablemente. Con gran esperanza, puedes decirle a este mundo que gime que la historia no termina con la oscuridad. El último libro de la Biblia revela el final definitivo:

"Y ya no habrá noche. No necesitarán luz de lámpara ni de sol, porque el Señor Dios será su luz, y reinarán por los siglos de los siglos" (Apocalipsis 22:5).

Así que, hasta el día en que Su presencia ilumine literalmente nuestro camino, unámonos a Él para iluminar el camino de los demás.

¡Feliz Navidad! ¡La Luz ha llegado!

Reflexiona:

¿Qué lugar de tu vida anhelas que Jesús ilumine?

¿Cómo podrías hacer brillar más la luz de Jesús en las tinieblas del mundo?

Ora:

Señor, gracias por Tu luz. Gracias a la Palabra - Jesús en la carne - no estoy solo en mi camino. Ayúdame a recordar que el mismo Dios que dio luz a la existencia ha dado luz sobre mí. Por favor, irrumpe en los lugares oscuros y aparentemente imposibles de mi vida. Ayúdame a recordar que Tú has vencido la oscuridad. Y cuando te encuentre, ayúdame a ser una luz para los demás, señalándoles siempre Tu bondad y Tu verdad.

Una inmersión más profunda:

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Michelle Le Master es periodista de Cru. Nacida y criada como amante de las ciudades, Michelle reside actualmente en Nueva York con su marido, Seth, y su goldendoodle, Ruby, que todos los días le recuerda (literalmente) que se detenga a oler las rosas.