El camino hacia la verdadera grandeza

Prever el lavado de los pies de los invitados era un acto de hospitalidad esperado en la Palestina de la época de Cristo. Es probable que Jesús y los discípulos ya les hubieran lavado los pies antes de comenzar la cena de aquel jueves por la noche. Cuando Jesús se levantó hacia el final de la cena y adoptó la postura de un siervo para lavarles los pies, se quedaron sorprendidos. Pedro se negó rotundamente a participar hasta que Jesús le dijo: "Si no te lavo, no tienes parte conmigo" (Juan 13:8).

Afortunadamente para los discípulos, Jesús explicó por qué hizo esto. "Ahora que yo, vuestro Señor y Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros".

En su última comida con ellos antes de su muerte en la cruz, Jesús arrojaba luz sobre el persistente punto de conflicto de los discípulos entre sí. A menudo habían discutido en el camino sobre quién de ellos era el más grande. Jesús nunca les dijo que no esperaran ser los más grandes. Él redefinió lo que significa "el más grande". Después de lavarles los pies, les dijo: "Os he dado ejemplo para que hagáis como yo he hecho con vosotros".

¿Qué quiso decir? El más estimado debe ocupar el lugar más bajo. El líder debe servir humildemente al seguidor. El que merece vestiduras y coronas debe vestirse como un esclavo. Al día siguiente, Jesús fue despojado de sus ropas y castigado como un criminal. No fue obligado a sufrir como lo hizo. Jesús se ofreció voluntariamente. No le quitaron nada, pero se ofreció por nuestros pecados. Su cambio de gloria por vergüenza es el ejemplo perfecto de cambiar grandeza por humildad.

Nosotros, que hemos recibido tanto, también estamos llamados a dejar nuestros privilegios y comodidades por el bien de los demás. Jesús dijo que si sabemos esto, si entendemos su ejemplo, seremos bendecidos al seguirle. Jesús hizo brillar la luz de su ejemplo para guiarnos en nuestro camino hacia la verdadera grandeza.

Reflexiona:

¿La vida de quién te ha inspirado para ser un líder servidor?

¿Cómo puedes seguir su ejemplo?

Ora:

Señor Jesús, gracias por mostrarme el camino hacia la verdadera grandeza. Ayúdame hoy a ver mis oportunidades para servir a los demás y seguir Tu ejemplo. Permíteme sobresalir en la humildad. Te amo y doy la bienvenida a Tu luz en mi vida. Amén.

Elizabeth Schenkel y su marido, Erick, han formado parte del personal de Cru en tres continentes y han ejercido el ministerio pastoral en Massachusetts. Tienen cinco hijos adultos y cinco nietos. Le gusta especialmente estar en comunión con la creación de Dios en largos paseos por el bosque del norte.