El regalo perfecto

Siempre que llega la Navidad, muchos de nosotros intercambiamos regalos con nuestra familia, amigos o compañeros de trabajo. Aunque me gusta recibir regalos, me cuesta hacer regalos a otras personas. No es que no quiera regalar, pero no siempre sé qué regalar porque quizá no los conozco bien. Y muchas veces, para evitar la ansiedad, regalo una tarjeta regalo o dinero en efectivo para que puedan comprar lo que quieran. Por supuesto, disfruto cuando hago feliz a alguien dándole "el regalo adecuado".

Juan 12 narra la historia de un regalo excelente que, en efecto, se hizo intencionadamente. Es la historia de María, la hermana de Lázaro y de Marta, que también aparecen en otros relatos evangélicos. En su Evangelio, Lucas contrasta a las dos hermanas. Lucas menciona que Marta estaba ocupada con todo lo que tenía que hacer, pero María eligió lo mejor: estar a los pies de Jesús y deleitarse en Él, escucharle y, sobre todo, conocerle (Lucas 10:38-42).

Al acercarse el tiempo de la Pascua, Juan nos dice que en casa de María, Marta y Lázaro -a quien Jesús había resucitado de entre los muertos (Juan 11)- cenaron en honor de Jesús. Asistieron los discípulos de Jesús y posiblemente otros invitados. De repente, María se acerca a Jesús con un frasco de perfume caro y unge los pies de Jesús. La casa se llena de la fragancia de este perfume.

Judas Iscariote, el que traicionaría a Jesús por dinero, juzga hipócritamente a María diciendo que habría sido mejor vender el perfume y dárselo a los pobres. Pero Jesús defiende a María y le dice: "Déjala en paz. Lo hizo para preparar mi sepultura" (Juan 12:7).

Supiera o no María que Jesús sería crucificado en menos de una semana, sabía que Jesús era digno de su devoción y sacrificio. Y Dios utilizó su generoso regalo para señalar la muerte y la sepultura de Jesús. Él necesitaría que sus seres queridos actuaran tras su sacrificio final, y la amorosa atención de María les dio a todos una imagen de cómo sería eso.

Anteriormente en la vida de Jesús, unos magos de Oriente le trajeron regalos similares al que le hizo María (Mateo 2). Al traerle incienso, oro y mirra, daban a entender que sabían a quién habían venido a visitar. Eran regalos de adoración al Rey de reyes que había venido a la tierra. De hecho, algunos estudiosos creen que, al mismo tiempo, algunos regalos simbolizaban el bálsamo que Él necesitaría en el momento de Su muerte por los pecados de la humanidad.

Jesús nos dio el mayor regalo de todos, Él mismo.

Reflexiona:

Ahora que se acerca la Navidad, ¿conoces bien a Jesús? ¿Sabrías qué regalar a quien te conoce y te hizo "el regalo perfecto" para que le conocieras en plenitud?

Ora:

Querido Padre Celestial,

Al acercarse la Navidad, recordamos el precioso don de la salvación que nos diste por medio de tu Hijo, Jesucristo. Así como María ofreció su acto intencional de unción, que nosotros ofrezcamos regalos que traigan honor y gloria a Jesús, reflejando nuestra devoción y compromiso con Él. Guíanos en el discernimiento de las mejores maneras de demostrar nuestro amor por Aquel que nos conoce íntimamente y nos ha dado el regalo supremo. En el nombre de Jesús, amén.

Marielena Tillinghast es la líder nacional de Global Church Movements en Cru Panamá. Ella y su esposo son los pastores principales de la Iglesia Bíblica La Comunidad. Su misión en la vida es comunicar la gracia y la verdad que encontramos en Cristo e inspirar y equipar a otros para encontrar y cumplir el llamado específico que Dios ha puesto en sus vidas. Marielena ha estado casada con su mejor amigo, Todd, durante 23 años, y son bendecidos con dos hijos maravillosos, Juan Diego (16) y Lucas (11).