YouVersion Logo
Search Icon

Una vida de intimidad con DiosSample

Una vida de intimidad con Dios

DAY 11 OF 365

Una cita milagrosa

Los que no son santos no verán al Señor, Hebreos 12:14 (NTV).

Sin santidad no hay revelación. Dios llamó la atención de Moisés mediante el milagro de la zarza que ardía y no se consumía. Jesús hizo lo mismo con Pedro, Lucas 5:1-8. Y Dios sigue obrando de la misma manera hoy en día. A menudo llama nuestra atención mediante algún hecho milagroso (provisión económica, sanidad física, restauración familiar, etc.).

Ahora bien, si quieres conocer más a Dios tendrás que descalzarte, esto significa santificarse. Moisés aceptó el reto. Pedro reaccionó diferente: “Señor, por favor, aléjate de mí, soy demasiado pecador para estar cerca de ti”, Lucas 5:8 (NTV). ¿Por qué reaccionó de ese modo? Porque se dio cuenta que estaba en presencia del SANTO encarnado. Pedro le pidió a Jesús que se fuera porque los hombres pecadores se sienten incómodos en presencia de lo santo.

Pedro quería estar con Jesús, pero cuando se acercó demasiado le dijo: “aléjate”. La gente aprecia a Dios, pero a la distancia. No quieren sentirse confrontados. Cristo no representa ningún peligro mientras siga encerrado en los templos. En cuanto se hace presente en la vida cotidiana todos se incomodan. ¿Por qué? Porque el poder de Su santidad atemoriza.

Éxodo 28:36 establece que el sumo sacerdote debía portar la inscripción: “Consagrado al Señor”. El Salmo 93:5 dice: “La santidad conviene a tu casa, oh Jehová, por los siglos y para siempre”. Isaías 57:15 agrega: “Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad...”.

Sin santidad no hay victoria. “Hemos sido rescatados de nuestros enemigos para poder servir a Dios sin temor, en santidad y justicia, mientras vivamos”, Lucas 1:74 (NTV). Cuando el pueblo de Israel estaba a punto de cruzar el Jordán, Josué mandó a que todos se santificaran. Este principio espiritual sigue vigente. La santidad es la única ruta que nos lleva a la tierra de la promesa. Sin santificación no habrá victoria, milagros ni avances sobrenaturales.

“Amado Señor, acudo a ti para ser purificado de mis pecados por el poder de la sangre de Cristo. Sé que mi justicia delante de ti es como trapo de inmundicia. No intento vestirme con mi propia rectitud sino que apelo a ti porque estoy dispuesto a ser santificado. Anhelo vivir en el poder de tu victoria. Te entrego mi vida. En el nombre de Jesús. Amén”.

Day 10Day 12

About this Plan

Una vida de intimidad con Dios

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).

More