Una vida de intimidad con DiosSample

El lugar de Su presencia
“¡Qué felices son los que... desean venir hasta tu templo!”, Salmo 84:4-5 (TLA). “¡Qué alegría cuando me dicen: ‘vamos al templo del Señor’!”, Salmo 122:1 (DHH).
David amaba el lugar de la presencia de Dios. Hoy ese lugar es la iglesia; por lo tanto, deberíamos darle un espacio importante en nuestra vida. Sin embargo, algunos asisten con la cara larga, a la fuerza; por costumbre u obligación. Deberíamos ir con grandes expectativas y enorme alegría. Piénsalo: ¡tendremos una cita con Dios! Entonces, ¡preparémonos para ese encuentro! Lleguemos algunos minutos antes del inicio del culto y entreguémosle las cargas para adorarle con libertad, porque los que aman Su iglesia conquistan Su corazón.
La iglesia no es creación humana sino divina. Jesús dijo: “Sobre esta roca edificaré mi iglesia”, Mateo 16:18. Jesús dio su vida por la iglesia: “Cristo amó a la iglesia. Él entregó su vida por ella”, Efesios 5:25 (NTV). Es más, la Biblia nos manda amar a la iglesia: “Y amen de manera especial a los miembros de la iglesia”, 1a Pedro 2:17 (TLA). Si a Dios le costó su hijo y a su hijo le costó la vida, ¿por qué subestimamos el valor de la iglesia?
Fuimos llamados no solo a creer sino a pertenecer. La fe en Cristo nos hace parte de Su iglesia y el bautismo es la señal visible de ese suceso, Mateo 28:19-20. Dios se manifiesta a través de la iglesia, Mateo 18:20, y en medio de sus alabanzas, Salmo 22:3. Él nos planta en una iglesia, Efesios 1:5; nos alimenta en la iglesia, Efesios 2:19; 5:29; nos disciplina, 1a Corintios 6; nos amonesta y nos desafía en la iglesia, Efesios 3:6. No podrás cumplir tu propósito si no estás plantado en una iglesia, Romanos 12:4-5.
Y no ames parte de ella. Hay quienes aman solo lo que les apasiona o los beneficia, lo que los hace famosos o visibles, pero si por alguna razón no se les permite ‘ejercer su llamado’ se van de la iglesia. ¿Por qué? Porque tenían intenciones ocultas. Usaban la iglesia, pero no la amaban. Considera a Obed-edom: era músico y también portero. No le importaba donde lo ponían a servir, él amaba ‘toda la casa’. ¡Qué así ocurra con nosotros!
Ora al Señor. Pídele perdón por no amar la iglesia como Cristo la ama. Ora para que el amor de Dios se manifieste en tu vida y hacia tus hermanos. No pases por alto esta amonestación de amor.
About this Plan

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).
More