Día 5: El negocio del servicio

Los líderes servidores producen un espíritu de propiedad en otros. Para estar alineados con el Padre, nuestra meta debe ser permitir que otros se conviertan en propietarios.

Este es el corazón de la diferencia entre alguien que construye un negocio sobre principios cristianos y alguien que no lo hace. El segundo proporciona empleo con el propósito de enriquecerse; el primero está satisfecho solo si puede producir nuevos propietarios que se conviertan en socios del negocio y prosperen en él. En otras palabras, los líderes cristianos se comprometen a hacer ricos en bienes a los demás (no en riquezas); multiplicar los propietarios es el objetivo, mientras que las ganancias son el subproducto. Este es el modelo que Dios nos marca.

La mayoría de los cristianos están familiarizados con el dicho de Cristo de que quien quiera ser grande en el Reino debe aprender a ser el servidor de todos. Sin embargo, pocos tienen una comprensión bíblica del liderazgo de servicio. Es demasiada común la noción de que debemos hacer todo por todos; sin embargo, los verdaderos líderes siervos siguen el ejemplo de Cristo de capacitar a los demás para cumplir sus propios destinos en el plan de Dios.

Dios da a cada uno dones adecuados para un servicio en particular, tanto en la iglesia como en el mundo, pues es Dios quien pone la sabiduría en el corazón de los artesanos dotados. Él da a las personas dones no para servirse a sí mismas, sino para servir a los demás. La mayor motivación es darse cuenta de que Dios lo hizo a usted de forma única, y que tiene un diseño previsto. Por lo tanto, llevar a otros a su pleno potencial en el Señor es el objetivo principal de un líder servidor de Dios.

Su trabajo principal en su empresa es ayudar a los demás a descubrir sus funciones y sacar sus habilidades para que puedan trabajar con mayor eficacia. Esto implica una ética empresarial orientada al servicio y no al beneficio. Cuando todos los miembros de una organización hacen lo que están diseñados para hacer, no sólo estarán contentos y satisfechos, sino que serán muy productivos, y es precisamente este tipo de empresa la que será rentable a largo plazo. No debemos buscar el beneficio (la ganancia) como un fin en sí mismo; debemos tratar de servir a aquellos con los que trabajamos porque el beneficio es un fruto, no un objetivo.

En Mateo 10:39, Jesús nos invita a perder nuestra vida por Su causa. Pocas veces se predica este mensaje en lugares preocupados por la popularidad y el crecimiento. Pero es al morir a mi propia agenda me vuelvo fructífero y me multiplico. El crecimiento se alimenta del sacrificio.

¿Por qué buscamos propietarios/directivos en lugar de empleados? Hay al menos tres diferencias entre ambos:

1. Los empleados tienden a centrarse en sus derechos mientras que los líderes se centran en sus responsabilidades.
2. Los líderes tienen una "parte de la acción" de forma proporcional.
3. Los empleados no generan beneficios; en el mejor de los casos, le ayudan a alcanzar el punto de equilibrio. Los beneficios los generan las personas con espíritu de propietario.

Los pueblos y las naciones cuyos valores económicos se centran en los derechos y no en el sentido de la responsabilidad están destinados a la mediocridad y al estancamiento. El dolor del crecimiento está en la muerte interior de los líderes: su punto de comunión con Cristo. La vida y el crecimiento requieren muerte y sacrificio, algo que asumen voluntariamente los líderes de corazón servicial. Esta es una ley maestra del crecimiento económico, y es tan real y operable como la ley de la oferta y la demanda.

Aquellos que sirvan más eficazmente serán los líderes. En cualquier negocio o comercio, a la larga, los servidores tendrán éxito. El negocio del Todopoderoso tendrá éxito. No será porque Dios sea simplemente más poderoso que satanás, sino porque Dios es un servidor, y satanás es un explotador. Incluso en la cima, el siervo siempre gana.

Pensamiento del día: El servicio es la base de todo crecimiento duradero. La ganancia es un fruto, no una meta.