Haciendo negocios a la manera de DiosSample
Tercer día: La riqueza y la unidad familiar
Dios es un "hombre de familia". Él trabaja a través de la familia y está conectado a la estructura de la familia. Nacemos de nuevo en una relación con Él como nuestro Padre y con otros cristianos como hermanos y hermanas que están siendo capacitados en la gestión en común del negocio familiar. Este aprendizaje tiene que ver con la responsabilidad, la administración y la aceptación de la obra y las personas de Dios.
En Mateo 13:12, Jesús revela una importante ley espiritual sobre cómo funcionan el crecimiento y la prosperidad en Su Reino, que esencialmente dice: "Los que cuidan lo que tienen, obtendrán más; y los que lo malgastan, lo pierden". Usamos nuestros valores y riquezas que tenemos en diferentes medidas. Entonces, ¿cuál es la diferencia entre la riqueza y los valores? Afirmo que todos los valores duraderos llegan a través de la unidad familiar y se construyen generacionalmente.
Las "riquezas" son bienes perecederos de los que Cristo nos advirtió que no debíamos centrarnos indebidamente como objetivo principal de nuestras labores; en un principio pueden obtenerse con o sin ética y moral. Los "valores", por otro lado, se logran principalmente a través de las habilidades, el conocimiento espiritual y el carácter desarrollado al obedecer el enfoque de Dios para la gestión de los recursos. Las riquezas son algo que tenemos mientras que los valores son algo que somos. Los valores pasarán mas allá muerte, pero la riqueza no.
Cinco áreas principales de valores definidas bíblicamente:
- La paz en nuestra relación con Dios
- Relaciones que Dios le ha dado
- Revelación
- Tiempo
- Contentamiento material
El conducto de bendición y valores de Dios es la unidad familiar; es por eso que la guerra espiritual alrededor de la familia es a menudo tan severa. Si se debilita o destruye la familia, se corta el conducto de los valores, generalmente comenzando con la siguiente generación en las finananzas. Nuestros hijos son una administración y una herencia del Señor. Dios requiere que les transmitamos nuestros valores y los eduquemos en la fe mientras les enseñamos las verdades y los principios morales de las Escrituras.
En Juan 17, Jesús ejemplificó la actitud en nuestras relaciones que Dios quiere inculcar a cada uno de Sus hijos. Cristo informó a Dios sobre cómo había administrado a las personas y los asuntos que el Padre le había enviado a supervisar. Reconoció que todo lo que tenía pertenecía en última instancia al Padre. Tres elementos —recibir una herencia, preservar y construir esa herencia, y pasarla a las generaciones futuras— forman la columna vertebral de una comprensión bíblica de la administración fiel de los valores y las responsabilidades, ya sean físicas o espirituales. Comienza con el humilde reconocimiento de que lo que sea que hagamos, es para servir a otros y, en última instancia, a Dios. Nos llama a aceptar el reto de multiplicar lo que recibimos, no para nuestro propio consumo, sino para la gloria de Dios y el servicio a los demás.
Los valores de una sola generación dan lugar a la maldición de la pobreza; al egoísmo y al consumo sin control. Debemos adoptar una perspectiva a largo plazo para nuestras familias, empresas, comunidades y naciones. El ahorro y la inversión, no el consumo y el endeudamiento, deben impulsar nuestra economía. Las familias de Dios transmiten las habilidades de administración y carácter como la principal garantía de éxito. El énfasis no está en las cosas o el dinero. El error que cometen muchas personas ricas es no enseñar a sus hijos a administrar el dinero. Cuando sus hijos heredan dinero, lo malgastan en gastos o inversiones tontas.
Invertir en las relaciones es la clave porque promueve respuestas de pactos (autogobierno) en lugar de consumo a corto plazo. El último acto de Cristo antes de Su muerte fue delegar el cuidado de Su familia. ¡Qué ejemplo tan maravilloso para nosotros!
Pensamiento del día: Todos los valores duraderos vienen a través de la unidad familiar y se construyen generacionalmente.
About this Plan
Dios Padre quiere que usted entre al "negocio familiar". Descubra cómo Dios administra Sus recursos para que nosotros podamos administrar los nuestros. Vea lo que Su Palabra dice sobre el dinero y la propiedad privada, las riquezas frente a los bienes (intangibles), el liderazgo frente a la administración, y los principios de administración aplicables a cada área de la vida. Desde la familia y las relaciones hasta el mundo de los negocios, descubra las enormes posibilidades de traer bendición y crecimiento a las personas y situaciones que le rodean.
More