El perdón.

Sean comprensivos con las faltas de los demás y perdonen a todo el que los ofenda. Recuerden que el Señor los perdonó a ustedes, así que ustedes deben perdonar a otros (Colosenses 3:13).

Dios perdonó todos tus pecados por medio de Jesús que fue el Cordero Perfecto para el sacrificio del perdón de nuestros pecados. Si Dios te perdonó todo, ¿por qué entonces tú muchas veces no quieres perdonar una ofensa?

Guardas resentimiento, enojo y dolor. ¿No sabes que hacerlo te hace esclavo, te enferma y lastimas a tu pareja y te lastimas ti mismo?

Cuando decidimos no perdonar a alguien estamos cambiando bendición por maldición, libertad por esclavitud y lo más importante, dice la Biblia que si nosotros no perdonamos Dios tampoco nos perdonara.

El no perdonar nos llena de amargura nos volvemos personas que pueden compararse a aguas estancadas que se pudren y apestan porque lo único que saldrá de nosotros serán cosas malas palabras que lastiman. Tú pierdes al no perdonar, así que decide si es más importante seguir adelante con tu enojo o dejar pasar la ofensa perdonar y parecerte más a Jesús al hacerlo. Es tu decisión la falta de perdón te aleja de Dios y te acerca al enemigo, entonces comenzarás a vivir en obras de la carne y no del Espíritu.

Decide perdonar y recibir la bendición de Dios en una vida plena y llena de paz y gozo. Decide perdonar en el momento para que no crezca ningún mal sentimiento, ninguna raíz de amargura que te trastorne y envenene a otros y dejes de recibir la gracia de Dios.

El amor no se irrita ni lleva un registro de las ofensas recibidas, lo que Dios unió no lo separe el hombre.

Pensando en…

¿Por qué es más rápido el enojo? Y no la alegría o el perdón. ¿por qué el amor se esconde? ¿Por qué la ira se enciende? Si el amor todo perdona, si el amor todo lo espera, todo lo cree, todo lo soporta, si el amor no deja de ser.

¿Por qué cuando nos enojamos más grande el orgullo es? ¿Por qué tú y yo no hablamos? ¿Por qué no recordamos? Por lo que unidos estamos. Si, tan solo tú pensaras, si, tan solo yo pensara las palabras que decimos y los pensamientos que tenemos. Lo que en verdad sentimos, lo que nuestro corazón guarda y mostráramos amor.

La luz resplandecería si, tan solo recordáramos que unidos en Cristo estamos. Los enojos la luz no verían, no pecaríamos y como Jesús más seríamos al perdonar como Él te perdona y me perdona. El amor todo lo cubre, todo lo espera, el amor no deja de ser.

Tú me amas, yo te amo, el matrimonio difícil es, pero de la mano de Jesús cada día habrá perdón, comprensión y paz. Recordemos que unidos estamos en el amor de Jesús.

Oración.

Padre, hoy decido perdonar las ofensas, decido aceptar la libertad que Tú me ofreces para vivir una vida en paz y llena de amor. Sana Señor todas mis heridas y tómame de la mano para continuar en Tu camino, dejando atrás todo resentimiento, falta de perdón, dolor o tristeza que pueda sentir.

Decido perdonar y dejar todo en tus manos. En el nombre de Jesús, amén.