Palabras.

Líbrense de toda amargura, furia, enojo, palabras ásperas, calumnias y toda clase de mala conducta (Efesios 4:31).

Cuida tus palabras, no digas nada que pueda herir a tu pareja, no hagas comparaciones y no hables por hablar. Muchas palabras pueden ser más dolorosas que un golpe, pueden causar más daño a su autoestima al grado de que su forma de ser cambie para mal, la palabra tiene poder: de bendecir o maldecir, de levantar o de tirar, de construir o destruir.

Cuida tus palabras, no dañes tu matrimonio con juicio, crítica y comparación. Recuerda que lo que digas no podrás borrarlo. La palabra que has dicho estará ahí queda guardada en la mente y en el corazón, con la cual podrás bendecir y edificar o podrá ser de maldición la cual llenará su corazón de alegría o tristeza y llenará su mente de pensamientos agradables o desagradables.

Cuida tus palabras, no hieras por un momento de enojo, no lastimes su corazón. Las heridas tardan en sanar y causan mucha tristeza y dolor. Cuida tus palabras, piensa bien antes de hablar y pide perdón si has lastimado con ellas a la persona que decidiste amar. Refrena tu boca, piensa bien lo que vas a decir. ¡No te enredes con los dichos de tu boca!

También cuida tus silencios no los uses para ignorar, si vas a guardar silencio que sea para escuchar o para no discutir. No uses la ley del hielo eso solo servirá para distanciarte del ser amado. Que la comunicación nunca falte, habla siempre de lo que te gusta y lo que te molesta pero siempre buscando la paz, la reconciliación y la unidad en tu matrimonio.

No porquo insultes más o critiques y levantes la voz estás ganando la discusión. No porque no reconozcas tus errores no los tienes. Dios hizo el matrimonio para la unión de un hombre y una mujer con tantas diferencias para complementarse no para ver quién es mejor. Lo hizo para una unidad perfecta, estando Él a la cabeza y siendo ejemplo Jesús como esposo de Su iglesia. El amor no busca lo suyo, el amor busca dar.

Lo que Dios unió no lo separe el hombre.

Pensando en...

Las palabras dichas sin pensar tu relación han de lastimar, piensa muy bien antes de hablar y que sea para edificar, bendecir y mostrar amor.

Tus palabras pueden la autoestima levantar, puedes crear o destruir, puedes dar vida y quitarla. Por eso piensa bien lo que dirás, tampoco el silencio has de usar como arma para lastimar.

Si tú amas en verdad, de bondad tu palabra será, tu silencio solo para escuchar. Y en tu matrimonio Dios testigo es, escuchando lo que dices, lo que callas, tú manera de actuar. Por eso, todo lo que hagas hazlo como para el Señor, hazlo todo con amor.

Oración.

Padre en Tus manos ponemos nuestro matrimonio, cada pensamiento y nuestros sentimientos. Deseamos que nuestras palabras y acciones muestren Tu amor. Guíanos cada día a crecer en unidad y amor. En el nombre de Jesús, amén.