Rapsodia de Realidades (Noviembre de 2018)Sample

  

8  Pastor Chris

CÚMPLASE LA PALABRA EN TU VIDA 

Decid a Arquipo: Mira que cumplas el ministerio que recibiste en el Señor (Colosenses 4:17).

Algunos cristianos piensan que, una vez que escuchan la Palabra de Dios, lo siguiente es predicarle a los demás eso mismo que acaban de escuchar. Sí, ciertamente debemos predicar y enseñar la Palabra a todos, pero la razón primordial por la que recibes la Palabra de Dios es para que esa Palabra te bendiga, transforme tu vida y permanezca en ti.

La Palabra tiene que cumplirse y producir resultados primero en ti; de lo contrario, no podrás predicarla y enseñarla de manera eficaz. En tal caso sólo conocerás la letra, y no el espíritu de las escrituras. Verás, que la Palabra se cumpla en ti no es responsabilidad de Dios, sino tuya. Cuando, a través de la meditación, te encomiendas por completo a la Palabra, ésta se apodera de ti. 1 Timoteo 4:15 dice: “Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos”.

Recuerda la instrucción a Arquipo, un hermano de la iglesia en Colosas. El Espíritu, a través del apóstol Pablo, le dijo: "Mira que cumplas el ministerio que recibiste en el Señor" (Colosenses 4:17). Como ves, el sentido de esta instrucción es que la responsabilidad de cumplir el llamado de Dios en tu vida recae en ti, y no en Dios. Y el cumplimiento de tu ministerio o llamamiento divino comienza con tu propia vida personal. La Palabra de Dios debe prevalecer primero en tu vida personal. Cuando esto sucede, entonces tu ministerio prevalecerá también en las vidas de los demás.

Algunas personas son cristianas desde hace muchísimos años, y nada ha cambiado en sus vidas. Apenas han progresado, porque no han considerado la Palabra de Dios como un factor importante en sus vidas. Pero, curiosamente, se dedican a predicarle a los demás. Si la Palabra de Dios no se cumple primero en tu vida, dará lo mismo cómo la prediques, de nada te servirá.

Todos estamos llamados a bendecir las vidas de los demás con la Palabra; pero la Palabra debe prevalecer primero en tu vida personal. Deja que la Palabra cambie primero tu propia vida. Cuando eso sucede, entonces podrás predicar a los demás de manera eficaz y con completa convicción.

Oración

Precioso Espíritu Santo, ¡eres maravilloso! ¡Eres misericordioso y magnífico! Gracias por abrir los ojos de mi entendimiento para conocer tu Palabra, y caminar en tu sabiduría y tu justicia, cumpliendo mi propósito y destino en ti, en el Nombre de Jesús. Amén.

Estudio Más Amplio

Hechos 1:1 

2 Timoteo 4:5