DÍA 3: Un Salvador Que Empatiza

Tomemos un momento hoy para estar con Dios. Si deseas hacer esto en familia, te recomendamos que reserves un tiempo después de tu propio tiempo con Dios para repasar juntos el contenido familiar que se encuentra en la parte inferior.

PAUSA
“Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado. Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir la misericordia y encontrar la gracia que nos ayuden oportunamente.”—Hebreos 4:15–16 (NVI)

Las experiencias compartidas unen a las personas. Cuando alguien comprende lo que estamos pasando, nos brinda consuelo y confianza. Como miembros del cuerpo de Cristo, compartimos muchas de las mismas luchas y desafíos. Pero lo que es aún más sorprendente es que Jesús mismo nos comprende “en todos los sentidos”.

Hebreos 4 nos recuerda que Jesús enfrentó cada tentación y dificultad que nosotros enfrentamos. Sintió hambre, cansancio, tristeza, estrés y rechazo. Incluso durante el ayuno, fue tentado a ceder. Él sabe lo difícil que es disciplinar el cuerpo por causa del Espíritu. Pero Él venció cada tentación para que, a través de Él, nosotros podamos hacer lo mismo.

REFLEXIONA

Por lo general, es entre el tercer y quinto día de ayuno cuando pasamos por una mala racha. Satanás sabe que el ayuno es poderoso y tratará de hacerte desear aquello a lo que has renunciado. Mire el ejemplo de Jesús en Mateo 4. Recuerda “acercarse al trono de la gracia de Dios con confianza” y recibir Su fuerza.

ORA

Padre, gracias por Jesús, mi Sumo Sacerdote, que comprende mis luchas. Fortaléceme para vencer la tentación como Él lo hizo. Ayúdame a mantenerme firme y experimentar todo lo que tienes para mí en este viaje. Amén.

Para Tu Familia

PAUSA

Lee Hebreos 4:15–16 en voz alta con sus hijos. Ya sea que salgan a caminar, hablen en el auto, discutan durante la cena o se reúnan antes de acostarse, elijan un momento del día para discutir y orar juntos.

REFLEXIONA

Comparte esta idea principal con ellos.

• Jesús entiende cómo nos sentimos y quiere que vayamos a Él.

Pregúntales:

• ¿Qué necesitas compartir con Jesús?

ORA

Guía a tus hijos a orar usando estos puntos de oración.

• Da gracias a Jesús por su bondad.
• Pídele a Jesús su gracia y misericordia hoy.
• Ora por alguien más que necesita el amor de Jesús.

Ora esto por tus hijos:

Jesús, ¡gracias por entender cómo nos sentimos y querer que vayamos a Ti! Fortalece a mis hijos (nómbralos) para que superen cualquier tentación. Ayúdalos a ser honestos contigo en todo y a confiar más en ti. Amén.