Vencer: Devociones de Tiempo de GraciaMuestra

El quebrantamiento del odio a sí mismo ¿Recuerda los momentos en que se ha sentido como un tonto? ¿Le gusta lo que ve en el espejo? ¿Cree que usted es un ganador? ¿Se ama a usted mismo? Un gran número de individuos no lo hacen, y usted puede ser uno de ellos. Alrededor de 32.000 personas se suicidaron en Estados Unidos el año pasado, y muchos millones más quisieron hacerlo, porque odian mucho su vida. ¿Cómo es posible ser feliz cuando uno se siente tan mal? El primer paso es dejar de mirar dentro de uno mismo, obsesionado con los propios sentimientos, y consultar primero la opinión de Dios. Es aquí donde tener un Salvador en Jesús lo cambia todo; gracias a su vida perfecta, a su muerte inocente y a su gloriosa resurrección, Dios nos ve de otra manera, piensa que somos hermosos, que somos dignos de ser reclamados como hijos suyos y de invitarnos al cielo. En Isaías 61:1-3 el Salvador dice: “El espíritu del Señor está sobre mí . . . a aliviar a los afligidos . . . a dar a los afligidos de Sión una corona en vez de ceniza, perfume de alegría en vez de llanto”. Usted sabe, si Dios piensa que usted es hermoso, entonces debe serlo. Si Dios lo quiere a usted, entonces usted se puede querer.El quebrantamiento del odio a sí mismo ¿Recuerda los momentos en que se ha sentido como un tonto? ¿Le gusta lo que ve en el espejo? ¿Cree que usted es un ganador? ¿Se ama a usted mismo? Un gran número de individuos no lo hacen, y usted puede ser uno de ellos. Alrededor de 32.000 personas se suicidaron en Estados Unidos el año pasado, y muchos millones más quisieron hacerlo, porque odian mucho su vida. ¿Cómo es posible ser feliz cuando uno se siente tan mal? El primer paso es dejar de mirar dentro de uno mismo, obsesionado con los propios sentimientos, y consultar primero la opinión de Dios. Es aquí donde tener un Salvador en Jesús lo cambia todo; gracias a su vida perfecta, a su muerte inocente y a su gloriosa resurrección, Dios nos ve de otra manera, piensa que somos hermosos, que somos dignos de ser reclamados como hijos suyos y de invitarnos al cielo. En Isaías 61:1-3 el Salvador dice: “El espíritu del Señor está sobre mí . . . a aliviar a los afligidos . . . a dar a los afligidos de Sión una corona en vez de ceniza, perfume de alegría en vez de llanto”. Usted sabe, si Dios piensa que usted es hermoso, entonces debe serlo. Si Dios lo quiere a usted, entonces usted se puede querer.