Vencer: Devociones de Tiempo de GraciaMuestra

Descuido y soledad ¿No se le rompe el corazón por los hámsteres que corren en esas pequeñas jaulas de alambre? Los pobres animales mueven sus pequeñas patas tan rápido como pueden, pero nunca llegan a ninguna parte. Nunca he conocido a un hámster que sienta que ha alcanzado un gran logro personal. ¿Es usted un hámster? ¿O por lo menos se siente como un hámster? ¿Sus esfuerzos no son reconocidos, ni apreciados, ni advertidos? ¿Corre usted en círculos? ¿Se afana en vano? ¿Le parece que otras personas atraen siempre toda la atención? ¿Tiene un gran deseo de que alguien lo aplauda y lo felicite siquiera una vez? ¿Conoce la tristeza de sentirse solo en una multitud? Bueno, detengámonos ahí. Recuerde sólo por un momento para quién está trabajando. ¿La aprobación de quién necesita primero? ¿No le escuché una vez decir que el Señor es el centro de su vida? Pues, bien: estas son sus palabras de aprobación para todos los que humildemente (y casi siempre anónimamente) les sirven a otros en su nombre: “eres un empleado bueno y fiel . . . todo lo que hicieron por uno de estos hermanos míos más humildes, por mí mismo lo hicieron” (Mateo 25:21,40). Lleve esto al banco: Dios ve. Dios recuerda. El momento de usted vendrá.Descuido y soledad ¿No se le rompe el corazón por los hámsteres que corren en esas pequeñas jaulas de alambre? Los pobres animales mueven sus pequeñas patas tan rápido como pueden, pero nunca llegan a ninguna parte. Nunca he conocido a un hámster que sienta que ha alcanzado un gran logro personal. ¿Es usted un hámster? ¿O por lo menos se siente como un hámster? ¿Sus esfuerzos no son reconocidos, ni apreciados, ni advertidos? ¿Corre usted en círculos? ¿Se afana en vano? ¿Le parece que otras personas atraen siempre toda la atención? ¿Tiene un gran deseo de que alguien lo aplauda y lo felicite siquiera una vez? ¿Conoce la tristeza de sentirse solo en una multitud? Bueno, detengámonos ahí. Recuerde sólo por un momento para quién está trabajando. ¿La aprobación de quién necesita primero? ¿No le escuché una vez decir que el Señor es el centro de su vida? Pues, bien: estas son sus palabras de aprobación para todos los que humildemente (y casi siempre anónimamente) les sirven a otros en su nombre: “eres un empleado bueno y fiel . . . todo lo que hicieron por uno de estos hermanos míos más humildes, por mí mismo lo hicieron” (Mateo 25:21,40). Lleve esto al banco: Dios ve. Dios recuerda. El momento de usted vendrá.