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«Mis Preguntas, Sus Respuestas»Muestra

«Mis Preguntas, Sus Respuestas»

DÍA 5 DE 7

«Fortaleza desmantelada»

Mis padres me criaron con valores cristianos, los cuales abracé desde pequeño. A través de ellos aprendí a amar a Dios. Sin embargo, no había llegado a conocerlo íntimamente. Tampoco tenía claro de qué manera algo así podía ocurrirme. 

Con solo cuatro años de edad y dos hermanos mayores, mis padres habían dejado de congregarse. Pero por obra del Señor, un adolescente apareció en mi casa diciendo que era cristiano y que se ofrecía a llevarnos y traernos a mí y a mis dos hermanos cada domingo a los servicios. Mis padres accedieron, y fue así como Dios comenzó a armar las piezas de nuestras vidas hacia el cumplimiento de su propósito. Yo creía saber que algo nuevo me iba a suceder. ¡Dios era demasiado grande en mi cabeza como para no confiar en una experiencia que cambiara toda mi realidad!

Los años fueron pasando, y no solo nada de eso ocurría, sino que al entrar a la adolescencia, mis preguntas se volvieron más grandes que mis expectativas. Recurrí a mi padre para hablar de lo que me sucedía. Le comenté que no estaba seguro de la existencia de Dios. Mi pregunta era, «si Dios es tan real como todos dicen, ¿no tendría que poder verlo en sus seguidores?» Lo único que parecía ver en ese momento, era una iglesia que vivía muy por debajo de la fe, personas que reflejaban una actitud de vida muy lejana a lo que decían creer y predicar. Si en ese momento alguien me hubiera preguntado si quería ser como alguna de esas personas, mi respuesta hubiera sido un rotundo ¡no! Hombres y mujeres que hablaban como sintiéndose dueños de la verdad, aunque en sus vidas no la reflejaban.

Frente a mis dudas y cuestionamientos, mi padre me explicó como pudo, pero él tampoco tenía las herramientas ni las respuestas para darme, por lo que optó por no presionarme. Solo me dijo que a su tiempo, Dios me lo explicaría. 

Luego de esa conversación pasé tres años muy tristes, tratando de convencerme que en el Cielo no había nadie a quien rendir cuentas. Como describe Antoine de Saint-Exupery, en su libro póstumo «Ciudadela», fui destruyendo los muros para asegurarme la libertad, pero solo me convertí en una fortaleza desmantelada. Así comenzó la angustia de no saber quién era yo. Para ese momento ya tenía dieciséis años, y podía comenzar a comprender que, el que vive para sí mismo termina siempre quedándose solo.

Por esos días recibí una invitación para asistir a un campamento cristiano, en donde algo pasó dentro de mí, algo que venía para despertarme a una nueva realidad para siempre.   

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Acerca de este Plan

«Mis Preguntas, Sus Respuestas»

 Una mirada del autor de este devocional, a la cruz de Cristo, lo lleva a sentir vergüenza por la condición de la iglesia. Esta confrontación, desencadena en él una serie de preguntas, a las cuales, la respuesta del Señor no se hace esperar, lo despierta y reta a una nueva realidad. 

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Nos gustaría agradecer a Fabián Liendo en convenio con El Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: http://www.elcentronetwork.com y http://www.facebook.com/Kyosko