«¿Dónde Está Tu Tesoro?»Muestra

«Pide y se te dará»

Esta es una promesa asombrosa. «Pide y se te dará». Pero también es misterioso. Quizá estás pensando, «Yo pido muchas cosas que no recibo. ¿Cómo puede ser esto cierto?» Debemos entonces hacer dos preguntas para aclarar, ¿Para quién es esta promesa? ¿De qué se trata esta promesa? 

Primero, ¿para quién es esta promesa? ¿Para cualquiera y para todos? No, en el contexto del sermón del Monte, Jesús se dirige a sus creyentes, quienes pueden decir Dios «Padre», quien ha confiado en Cristo como Salvador. Sin embargo, Jesús no está hablando a los creyentes en general, sino a aquellos creyentes quienes dejan todo por Cristo. Ellos son pobres en espíritu, amables, misericordiosos, y perseguidos. Ellos son sal y luz. Ellos obedecen a Dios. Ellos no son gente perfecta, pero son gente entregada.

Así que esta es una promesa sorprendente para ti si estas completamente rendido a Jesús, si vas a dejar todo por Cristo. La segunda pregunta, ¿de qué se trata esta promesa? Jesús lo aclara más adelante, cuando dice que si un hijo nos pide pan, no le damos una piedra, si pide un pescado no le damos una serpiente, pues nosotros siendo malos damos cosas buenas a nuestros hijos, cuánto más nuestro Padre que está en los cielos, no nos dará lo que pidamos. ¿Qué es lo que señala Jesús aquí? Dios está más listo en dar buenos regalos a sus hijos, de lo que nosotros estamos. Si tienes hijos o nietos, entonces te gozas en decirles si, a ellos. Te gusta darles buenas cosas.

Pero algunas veces, nuestros niños piden cosas que no son buenas para ellos, y les decimos «no», por su bien. Por otra parte, algunas veces nosotros pedimos cosas, y son cosas buenas, pero no las necesitamos todavía. Dios pretende dárnoslo, pero no todavía. A nosotros no nos gusta esperar. No queremos esperar tres segundos en nuestras computadoras lentas. Pero Dios usa la espera. Es una de las cosas más importantes que Dios usa para formar nuestras almas, para enseñarnos dependencia, resistencia, fe y gratitud. 

Este pasaje nos muestra el corazón del padre. Siempre que pidamos, el corazón de Dios está listo para decirnos «si». Así que pide, pide, pide. Y si es algo bueno para ti, y es el tiempo, tú puedes saber que tu Padre amoroso dirá «si». Busca en el corazón del Padre, y entonces pide.