«¿Dónde Está Tu Tesoro?»Muestra

«El dinero es el rival de Dios en tu corazón»

El dinero es el rival de Dios en el corazón humano. Nuestro significado, nuestro sentido de valor, nuestro sentido de seguridad, todo esto en realidad depende del dinero y las cosas que poseemos, aunque no debería ser así. La seguridad se puede encontrar en el dinero y las cosas, o se encuentra en Dios. ¿Qué es primero en tu vida, el dinero o Dios? Seguramente todos diremos, por supuesto que Dios es primero, pero, en realidad, ¿es así? 

Una pregunta relacionada, ¿eres generoso o codicioso? Tim Keller, escritor y pastor en Manhattan, comenta, «es asombroso que vivimos en el lugar que vivimos, en el tiempo que vivimos, y no pensamos en la posibilidad que seamos codiciosos. Esto muestra el poder de la codicia. Esto muestra el poder del dinero». Keller señala que casi nadie piensa que es codicioso. Esta es la razón, siempre encontramos a alguien más que tiene mucho más dinero o cosas que nosotros, y nos decimos a nosotros mismos, «ellos son codiciosos, ¡no yo!» 

Vivimos en un país de gran abundancia. De hecho, los Estados Unidos tienen el 6% de la población del mundo y posee el 50% de la riqueza del mundo. Tenemos deudas personales astronómicas. Y aun así, difícilmente alguno en el país siente que es codicioso. Codicia significa que siempre estamos esperando más. Más cosas, más propiedades, más dinero. Codicia significa que me siento bien sobre mí mismo y me siento seguro si tengo dinero. Codicia significa que yo invierto para mí mismo, acumulo para mí mismo, y me enfoco en mí mismo. Codicia es lo opuesto de generosidad. La generosidad es un valor o rasgo de la personalidad caracterizado por ayudar a los demás de un modo honesto sin esperar obtener nada a cambio. Generosidad es pensar en los demás, no en uno mismo.

No importa cuánto habló Jesús sobre el dinero. Es el rival de Dios en el corazón humano. Nuestra identidad no debe estar en cuánto dinero y cuántas cosas tengo, sino en lo que Cristo hizo por mí en la Cruz. Las cosas son pasajeras, pero Cristo, es eterno.