Padres y Madres: Devociones del Ministerio Tiempo de GraciaMuestra

La crianza: Disciplínelos La Escritura tiene algunos tristes ejemplos de hombres que no tuvieron participación en la vida de sus hijos. Uno de ellos fue Elí, sus hijos tomaron la vida de adoración del tabernáculo como su negocio personal y cometieron adulterio con las mujeres que ahí servían. El rey David fue un gran guerrero, pero tuvo algunas graves fallas para con sus hijos. Incluso el profeta Samuel tuvo dos hijos salvajes que se enriquecieron por medio de sobornos y ganancias ilícitas. La Biblia nos dice: “Corrige a tu hijo y te dará descanso, y dará alegría a tu alma” (Proverbios 29:17). Entonces, ¿qué implica exactamente eso? La disciplina comienza con la voluntad que debe haber en los padres para dedicar tiempo y energía a darles forma a las actitudes y los comportamientos de los hijos. El amor establece límites con el fin de que el niño sepa qué es bueno y qué es malo, lo que es libre de hacer y lo que no. La disciplina incluye el castigo, porque a veces las personas aprenden mejor a través del dolor. Pero no es simplemente castigo, es el proceso por el cual se ayuda a formar las actitudes, los valores y el comportamiento en las personas, de modo que reflejen los caminos de Dios. ¡Señor, te ruego que nos concedas la paz en el hogar y el gozo en el alma!